Teléfonos satelitales, campamentos que proveen de energía, envíos de información a cualquier parte del planeta casi de manera instantánea. Hoy es lo que se puede dar en medio de la cordillera de Los Andes, a más de 3.000 metros de altura, cuando cada año se realiza el Cruce Sanmartiniano. Los periodistas tienen acceso a la comunicación sin mayores dificultades. Pero hace casi doscientos años, cuando fue San Martín el que atravesó esas montañas, todo era muy diferente. Aún así, el General se las ingenió para que la logística comunicacional ocupara un papel importante en las columnas que envió a través de la cordillera para vencer a los realistas y así conseguir luego la libertad de varios países latinoamericanos. El próximo 8 de febrero comenzará el décimo Cruce Sanmartiniano, justo en el año en que se cumplen 200 años de que San Martín llegara a San Juan para comenzar a armar el Ejército de Los Andes.
Fue el 1 de noviembre de 1816, cuando en una carta que le envió Toribio de Luzuriaga a San Martín, se explicó cómo estaban trabajando en la cordillera. ‘Desde ayer quedan establecidos los puestos militares por donde se gira la correspondencia oficial al destacamento Los Patos…‘, le escribió Luzuriaga. Así fue que se ideó un sistema de postas a lo largo de toda la cordillera para que los soldados más entrenados fueran de un punto a otro transmitiendo órdenes, por ejemplo. ‘Era como un correo interno. Esto era sumamente importante porque las ordenes que impartía San Martín tenían que llegar rápido a destino‘, dijo el historiador Eduardo Carelli. Hay que tener en cuenta que San Martín fue, en un primer trayecto, en la retaguardia de la columna conformada por miles de soldados. En la vanguardia iba el brigadier Estanislao Soler. Entre ellos, la comunicación era fluida gracias a estas postas, a pesar que entre el principio y el final de la columna había cinco días de distancia.
Porque la marcha de esta columna, que iba por Los Patos, se extendió durante varios días, fue fundamental transmitir con precisión y rapidez las órdenes de San Martín, que estaba al final.
Según consta en el libro ‘San Martín y el Cruce de Los Andes‘, de Edgardo Mendoza y Claudio Monachesi, la instalación de esas postas fue una tarea difícil porque el invierno de 1816 fue uno de los más duros por la cantidad de nieve que cayó. Estando en Mendoza y antes de iniciar el cruce, San Martín escribió: ‘Lo que no me deja dormir es, no la oposición que puedan hacerme los enemigos, sino el atravesar estos inmensos montes‘.
Seguir rápidamente las ordenes impartidas fue clave para el éxito del plan libertador. Incluso, hasta se transportó una imprenta. ‘Llevar una imprenta tenía una razón de ser. Una vez que las tropas llegaran a Chile tenían que imprimir panfletos para repartirlos entre la población y así contar lo que querían lograr. Era una especie de propaganda‘, agregó Carelli.
La estrategia comunicacional fue uno de los tantos pilares en los que se apoyó San Martín para que el cruce fuese exitoso. El plan contempló la marcha de seis columnas hacia Chile que se desplazaron por diferentes caminos, pero el objetivo fue común: confundir al enemigo. Según se relata en el libro de Mendoza y Monachesi todo esto estuvo lleno de ‘secreto, astucia, sorpresa, audacia, rapidez, planificación y creatividad. Todos esos elementos estuvieron presentes en el plan sanmartiniano y cada uno se desarrolló en un momento preciso y oportuno‘.
El Gobierno local busca reivindicar el paso de San Martín por San Juan, y por eso ya organizó 9 cruces en los que participaron periodistas nacionales, funcionarios reconocidos, actores y hasta deportistas. El primer cruce se hizo en 2005 y en 2008, por los equipos tecnológicos que llevaron, se pudo transmitir por primera vez en vivo desde la cordillera.
