Si alguien dice que se imaginó en la previa una final así, seguro está mintiendo. Porque, sin desmerecer la increíble goleada que concretó Estudiantil, los argumentos medianamente lógicos decían que el partido debía ser, al menos, parejo. Emocionante. Con la incertidumbre del resultado hasta el mismo final. Pero nada de eso ocurrió. El Verde fue un canto al gol y sepultó las ilusiones del equipo de La Barraca mucho antes del silbato de cierre. El equipo de Martinazzo (esta vez le tocó ser técnico a Ariel) logró defender con éxito el mismo título que había ganado el año pasado en Mendoza, con la dirección técnico de otro Martinazzo (José).
El partido, friccionado en todo su desarrollo, parejo hasta promediando el primer tiempo y seguido por una verdadera multitud, fue a pedir de boca del equipo de la calle Güemes. Es que una vez que le metió las puñaladas al corazón del rival se le simplificó todo. Fue cuando Valenciano quedó desconcertado. Nervioso. Con una mochila pesada que no se logró sacar de su espalda nunca más.
El partido por el título tuvo momentos de inflexión. Esos que son inexorables a la hora del resultado. Largó entretenido. Con los dos celosos en las marcas. Con ambos buscando el contragolpe, al fin de cuentas el ataque que más seduce en éstos tiempos.
Y en ese ir y venir, el de La Barraca pegó primero. Fue ahí nomás. A los 3 minutos y medio. Un tiro de Babick, medio centro y medio al arco, engañó al Turco Kenan y se le coló por abajo. Estudiantil respondió 4′ después con un remate lejano de Pablo Martín que Dany Fernández titubeó para contenerlo. Otros 3′ después de nuevo Valenciano quedó arriba con un estiletazo del Josi. Y, para no desentonar, 3′ más tarde Rosellot lo volvió a igualar tras notable movimiento de Luquitas Ordóñez. Hasta ahí todo bien. Parejo. Para cualquiera. Pero… Llegó el primer momento de inflexión. En un minuto (del 17 al 18) Ordóñez puso arriba por primera vez al Verde. Y 60 segundos después Martín clavó el cuarto con otro bombazo. Grandioso final de etapa para Estudiantil. Duro para Valenciano.
Y, en el complemento, con apenas 9 segundos con la bocha en movimiento, Jordán alcanzó a tocar y desviar al gol otra gran jugada de Ordóñez. Segundo momento de inflexión. Entonces, la estantería de La Barraca se cayó de a pedazos. Los nervios le jugaron en contra. El tiempo también. Al ir por el descuento dejó abierto el camino para la goleada Verde, con una defensa sin coordinación y endeble.
Enfrente, Estudiantil se regocijó. Le dio vida a su velocidad. Se aguantó las infracciones de un rival herido. Que tuvo una mala noche a pesar de haber jugado un gran Campeonato (hasta la final era el único invicto que quedaba en pie).
El Verde se tomó revancha. El año pasado perdió la final del Oficial ante Valenciano. En este mismo torneo volvió a caer frente a La Barraca. Pero en el momento cumbre saboreó la miel de la victoria. Bicampeón, por si fuera poco.
