En relación a la realización de las "II Jornadas de ética en enfermería”, considero que hacer una valoración axiológica es pertinente y actual. Se habla de ética en enfermería al ejercicio profesional que el enfermero conlleva para acompañar la salud del paciente que padece un estado tal que requiere recuperar su naturaleza humana en lo más óptimo posible.
Enfrentarse cada día con situaciones que la dolencia genera y sorprende al ser humano hace de la enfermería una noble práctica que promueve la resistencia hacia la enfermedad procurando el bienestar y calma de la ansiedad producida por la pérdida de la salud.
Creemos oportuno señalar a la población que el aprendizaje que la persona debe realizar para mantener la salud y preservar su estado en esta oportunidad merece ser destacado, pues, en cualquier instante de la vida la enfermedad nos sorprende y siempre habrá un enfermero dispuesto a compadecerse con el sufrimiento y a alegrarse con la recuperación de los trastornos que acechan al hombre.
Por ello es relevante destacar algunas de las característica fundamentales de la profesión de la enfermería de manera tal que los profesionales de la salud, pacientes y administradores públicos del bienestar común, consideren la magnitud y determinación que contiene al enfermero y lo impulsa a intervenir y a poner en práctica las técnicas específicas que lo califican como profesional y lo destacan como ser humano en lo significativo de sus actos. Por ello señalamos entre ellas: Los conocimientos teórico-prácticos de su ejercicio que le dan la idoneidad profesional. Las bases morales y código de ética que regula su accionar. Su autonomía en la decisión oportuna de sus específicas funciones. Los humanos principios por preservar la vida y procurar la salud social en tanto que se orientan al bienestar compartido. La vigencia estable de perfeccionarse y actualizarse continuamente. La motivación en servicio que sugiere su compromiso. Su participación en el gobierno de la salud con los organismos públicos y/o privados. Su incorporación profesional a los equipos técnicos y científicos que promueven la salud. La supervisión, control y administración de bienes institucionales e insumos.
La enfermería como profesión, requiere una guía moral para cumplir con el fin primordial de servir al bien común, mejorar la salud de nuestro pueblo y prolongar la vida del hombre. Las raíces de la moral en la profesión de la enfermería han sido legadas por la sociedad misma. Dichas normas se relacionan con: la profesión, vocación, disciplina. La atención al paciente y protección de su individualidad y la colaboración en su rehabilitación e incorporación a la comunidad.
Otros aspectos a tener en cuenta desde el punto de vista ético y que el profesional debe hacer valer se corresponde con el concepto del cuidado del paciente y promoción de la salud social procurando que la misma sociedad observe la relevante misión en servicio del enfermero en relación directa con el paciente y como reforzar los valores éticos para comprender su accionar desde un concepto humanista para que la comunidad alcance la dimensión real de la atención y asistencia para promover y preservar la vida desde la concepción hasta la última vejez, pues nadie puede agregar ni quitar tiempo a su vida misma pero sí mantener la vida en su dignidad de ser vivida.
La consideración del Estado del profesional de la salud, esto, por el enfermero, debe ser resuelta en parámetros de vida y no de postergación, pues tanto enfermeros como médicos, salvan vidas, tu vida, nuestra vida, aquella que compartimos todos los días y que nos hace apreciar su verdadero valor, pues no es únicamente, tener salud o tener vida, sino absolutamente poder disfrutarla y compartirla con nuestros semejantes. Entender ello es haber aprendido a vivir.
