El esperado informe semestral de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el ente que monitorea el comportamiento de las economías mundiales, se conoció ayer en medio de las expectativas sobre para los pronósticos para el resto del año y las posibilidades de 2013, todo en un marco preocupante.

En este análisis de perspectivas, el organismo internacional puso énfasis en la situación particular de la Eurozona, a la que considera el principal riesgo de la economía mundial y, en vísperas de la cumbre informal europea, requirió más reformas estructurales como estrategia en favor del crecimiento y como una barrera a los ataques especulativos contra las naciones más débiles. Concretamente prevé una caída del 0,1% del PBI regional este año contra un repunte del 0,2% calculado en noviembre pasado, y para el próximo ejercicio las perspectivas vuelven a deteriorarse advirtiendo no dejar caer el PBI a mas del 0,9 por ciento.

Todo se debe a los desequilibrios internos de los países del euro, en particular los del sur que están en recesión, mientras el resto vislumbra una recuperación. Pero en todos los casos ningún país puede permitirse relajar sus programas de ajuste, porque a juicio de la OCDE no hay alternativa ya que las medidas estructurales son el único remedio a medio plazo. Ninguna nación, en las actuales dificultades, tiene margen para un cambio en las políticas fiscales o macroeconómicas y pensar salir del euro sería más peligroso y caótico que hacer un esfuerzo mantener la moneda.

Contrariamente al pesimista panorama de Europa, el informe señala que las otras grandes regiones del mundo se están recuperando, caso de Estados Unidos, que lo hace por encima de las previsiones: este año un 2,4 % y un 2,6% en 2013.

Esa misma recuperación, aunque más débil, también se espera de Japón, con progresiones del PBI del 2% este año y del 1,5% el próximo. Para estos casos se reclama un plan de sostenibilidad de las cuentas públicas porque un mayor ajuste fiscal afectaría seriamente la actividad productiva.

Este análisis es técnico, carente de subjetividades, e implica un enorme desafío para los gobiernos con graves desequilibrios de caja por el impacto social del ajuste, el lado dramático de toda crisis porque deben asumirla los que menos tienen.