Una década atrás, el lugar era sólo un pueblo donde unas 20 familias vivían de la cría de cabras y algunos novillos. Las huellas eran transitadas por caballos, burros y algunas carretas. Sólo una vez al año, en febrero, esa paz se veía interrumpida por los autos de la travesía Tras Las Sierras. Pero La Majadita, ese pequeño pueblo enclavado en la serranía vallista, al Oeste de la villa San Agustín, hoy es uno de los lugares elegidos por turistas de todo el país para pasar semanas enteras, rodeados de un paisaje sin igual.
Allí se han construido varios conjuntos de cabañas para alquilar. Según los operadores turísticos de Valle Fértil, este cambio responde al auge del turismo rural. La gente necesita de cerros, de la flora y la fauna en estado natural, sin que medie la mano del hombre. Esto es lo que afirmaron los habitantes del departamento.
"Este lugar no tiene igual. La verdad que llegamos porque conocemos al dueño de las cabañas, que es de Buenos Aires, y nos hemos quedado encantados con el paisaje y la tranquilidad. Esta mañana no podía creer que me habían despertado el canto de los pajaritos", dijo Juan Carlos Tosi, una bonaerense que estaba de paseo parando en las cabañas El Silencio.
Uno de los complejos turísticos más atractivos es el denominado Finca La Medialuna, que está ubicado a unos 8 kilómetros de la cabecera del departamento. Allí hay un hospedaje de campo y un comedor con platos tradicionales. Un paraíso rodeado de la geografía vallista, cruzado por las pequeñas bajadas.
La mayoría de los inversores son sanjuaninos y en una gran parte vallistos, que entendieron cuáles son los gustos de los turistas. Como los Elizondo y los Quiroga, que ya tienen sus grupos de cabañas en el lugar. "No fue fácil para nosotros invertir en esto, pero sabemos que es la salida y lo que la gente elige. Necesitamos que los gobiernos nos ayuden con la difusión, que es donde estamos un poco flojos", advirtió Armando Elizondo, propietario de El Paraíso del Valle.
