La única exconcejal de Rivadavia que decidió someterse a juicio oral y público, Juana Guerrero, quedó complicada ayer tras la declaración que dio en la primera audiencia. La dirigente está acusada de manejo fraudulento en el manejo de las ayudas so
ciales y frente al Tribunal que la juzga aseguró que cuando la gente iba a pedir dinero, le hacían firmar una planilla de pago en
blanco que posteriormente ella misma llenaba con la cifra que le
entregaba y los datos personales.
En el Ministerio Público interpretan que es una prueba clave para comprobar que hubo irregularidades en la administración de la plata y que no siempre llegó al bolsillo de los supuestos
beneficiarios.
Tras años de idas y vueltas causadas por planteos dilatorios,
ayer finalmente comenzó el juicio oral y público por el conocido
escándalo de los fondos socialesen Rivadavia. Los acusados de
no entregar los 1.500 pesos que recibían por mes del municipio
para ayudar a personas humildes son 8, pero 6 de ellos ya acep
taron ir a juicio abreviado y recibir una pena de 2 años de prisión
en suspenso e inhabilitación perpetua para ejercer cargos
electivos. Mientras que Cristóbal Liuzzi debe venir de España
para decidir si se somete a un proceso común o sigue el mismo
camino que la mayoría de sus ex compañeros.
En su declaración frente al Tribunal, Guerrero aseguró que no
se quedó con la plata del municipio y aclaró que, en todo caso,
hubo desprolijidades. Sin embargo, habló de hechos que la
complican. Dijo que ella le entregaba el dinero a dos de sus cola
boradores para que se lo dieran a gente que iba a pedir ayuda y
que a los beneficiarios les hacían firmar la planilla de pago en
blanco y que después la completaba ella de acuerdo a la infor
mación que le daban. Eso hace presumir en la Fiscalía que po
día falsear los datos.
Por otra parte, contó que sus colaboradores no tenían sueldo y
que de tanto en tanto, les entregaba ayudas sociales. Es decir,
recibían dinero que debía ir a los más necesitados.
Minutos antes de iniciar el debate, el abogado de la mujer, Ricar
do Moine, intentó convencerla de que acepte el juicio abrevia
do. Pero ella se negó y reiteró: “¿Por qué me voy a declarar cul
pable si no me dejé un peso?”. El Tribunal y las partes depura
ron el listado de testigos y quedaron en retomar las audiencias
del juicio el próximo martes.
