Hasta en el changuito del bebé, María Marta Salas se llevaba ayer al mediodía un bolsón con verduras, a la vez que con su mano derecha sostenía un cartón de huevos y su marido se hacía cargo de los dos hijos, uno de 2 y otro de 5 años. La segunda edición de la feria agroindustrial que se realizó en el Paseo de los Artesanos del Parque de Mayo resultó todo un éxito: en prácticamente 5 horas se llevaron más de 9.000 kilos de verduras -tarea que obligaba a hacer una cola de hasta 80 metros-; y unos 600 cartones de huevos. En ambos casos, acarreaban descuentos que iban del 20 al 40%, ya que la operación se cerraba entre productor y cliente, o sea dejando de lado a los intermediarios. Por ejemplo, la lechuga se conseguía a 2,50 pesos, el tomate a 5 pesos, el ajo a 1 peso, el cartón de huevos a 20 pesos, el oliva por 500cc a 25 pesos o la miel por 1/2 kilo a 15 pesos.
El sol picante -sobre las 12 la temperatura tocó los 30 grados- no amedrentó a muchas amas de casa y familias enteras que se acercaron y, con paciencia, hicieron la cola para poder comprar verduras y, en menor medida, lo que había de fruta. Pero, si bien fue el stand más concurrido junto con el de huevos, no desentonaron las otras propuestas, entre las que se destacaron aceitunas conserveras, aceite de oliva, miel, yogur, conservas, comida macrobiótica (incluso hubo una demostración de cocina), plantines y hasta algunas excentricidades, como por ejemplo los racimos de uva a la grapa que presentó uno de los expositores (ver aparte).
‘’Estamos contentos porque hubo calidad, variedad y un buen precio. Cuando se dan esas tres cosas la gente responde y ese fue el objetivo de la feria, que tanto el productor como el vecino se vea beneficiado’’, comentó el secretario de Agricultura, Andrés Díaz Cano. El Gobierno fue el encargado de diagramar toda la logística para que cada productor y expositor tuviera toda a mano; y, en este sentido, facilitó tablones, bolsas, balanzas para el pesaje de la verdura y hasta el servicio de flete para transportar la mercadería más voluminosa, precisó el funcionario.
‘’Es una linda oportunidad para vender pero fundamentalmente para que la gente conozca un producto hecho por la familia pero con estándares de calidad buenos. La botellita de 500 cc de aceite la vendemos en 25 pesos, es de primera y la gente respondió bien’’, comentó Juan Tapia, presidente de la Asociación de Olivicultores Familiares que, junto a su esposa Flavia y su hijo Maximiliano, atendieron el stand de aceitunas y oliva, uno de los que mejor vendió. ‘’Somos de Rivadavia y nos invitaron a participar. Es bueno porque quien no compra ahora, se lleva el teléfono y compra después, con la ventaja que en estas exposiciones la gente se saca todas las dudas, lo toca y pregunta’’, apuntó Oscar Puga, quien fabrica con discos de arados y sembradoras recipientes para cocinar con leña o gas, que los vende entre 650 y 1.050 pesos.
