En el panel de Aplicación del Agua y Contribuciones Tecnológicas para la Modernización y Aplicación del Agua de Riego, se lució Pilar Román, de España, que habló del uso de aguas residuales como fuente de riego alternativo, con experiencias en distintos países del mundo. Viajera incansable, la joven ha desarrollado proyectos de aprovechamiento de aguas en Perú, Chile (donde actualmente reside), Inglaterra y Guatemala, e intercambia información con otros especialistas que desarrollan emprendimientos de este tipo en El Cairo (Egipto), Israel, Irán, Vietnam, Bolivia, y en nuestro país, la Universidad de Río Cuarto (Córdoba).

Dijo que en estas jornadas se vio que el usuario es el principal beneficiado, y que la salud es el objetivo. Hay muchos cultivos que no son comestibles, y que se riegan de esta manera. Como algodón, industriales y algunos frutales con otros usos. Se van buscando barreras, en el caso de los alimentos obtenidos por esta manera (aguas residuales) y se usan técnicas como solarización a campo, control en el camión; en la cocina luego el pelado, cocción, cloro, etc., del fruto hasta llegar a la mesa. Es una actividad en la que hay que participar y negociar, por ejemplo, las asociaciones de productores, los regantes, los municipios, las universidades, etc., y todos llevan adelante un protocolo y lo cumplen. "¡Yo he visto maravillas!", aseguró.

Hay zonas como México, indicó la española, que a pocos kilómetros del DF llevan 100 años regando así; Perú con la Universidad de La Molina, es un líder en este movimiento. Bolivia en Sudamérica es uno de los sitios muy antiguos en este manejo de aguas también. "Y ustedes -expresó- tienen en Raúl Crespi, un genio que trabaja en la Universidad de Río Cuarto, en la provincia de Córdoba".

A nivel mundial, mencionó que el 13% de la demanda de agua podríamos obtenerla de las aguas residuales. Y tiene varias ventajas, es agua que tiene nutrientes, es de bajo costo, la extracción es económica e incide también menos la huella de carbono. Chile tiene 92% de su población que vive en las ciudades y Argentina el 89%. Es un número alto.

El estudio CETIS, de Perú, demostró que en lotes de alfalfa, maíz, trigo, cebada y avena, dio mayores rindes el cultivo regado con aguas residuales que con agua tradicional de cordillera y el agregado de fertilizantes y abonos.

El tema son los controles básicos de Helminthos (tenias), virus, bacterias (cólera, tifus, coli, etc.), y otros patógenos.

Hubo unos talleres en Lima (Perú) en el 2012 en el que trabajaron OMS, PNUMA, FAO y otras entidades, que buscaron acercar posiciones. También el cambio climático fue investigado y su incidencia.

Experiencia mexicana

A continuación, el mexicano Roberto Castañeda Tejeda, subsecretario de Desarrollo Agroalimentario y Rural de Guanajuato, explicó cómo hicieron la modernización, automatización y tecnificación del módulo de riego La Purísima. Con mucho humor, explicó que la zona de Zacatecas en Irapuato, tiene 800 hm3/habitante/ año. Y poca agua para el riego. Se han instalado fábricas de autos como Chevrolet, Toyota, Honda, Mazda, Nissan, y otras que han provocado desarrollo pero falta de agua. Desaparecieron de a poco los agricultores de la región y esto llevó a organizar un plan, que tuvo 3 pilares: a) Socialización: psicólogos y asistentes que explicaron bien a los usuarios cómo es el proyecto; b) Asistencia técnica: con ingenieros agrónomos y maquinaria óptima; c) Empresarialidad: hacer de cada productor un mini empresario, con capacitación. Considerando que el agua es el motor del campo, la planta procesa el agua de la ciudad y la devuelve al agro, que la usa reciclada. Los dos se ven beneficiados. La presa La Purísima es extremadamente grande, llega a almacenar 110 millones de metros cúbicos. Cultivan frutillas, pimientos, frijoles, tomates, zapallos y otras verduras que envían a Estados Unidos.