Seis meses después del accidente en la central japonesa de Fukushima, estalló ayer un horno en la central nuclear francesa de Marcoule (Sur) provocando un muerto y cuatro heridos, uno de ellos de gravedad. Sin embargo, la Autoridad de Seguridad Nuclear francesa (ASN) excluyó que se haya producido una fuga radiactiva como consecuencia de la fuerte explosión.
El accidente que se produjo a las 11.45 hora local (6.45 de Argentina), en la planta ubicada a unos 30 kilómetros de Avignon en el Sur francés, incrementó las críticas sobre la utilización de este tipo de energía en Francia que es el país más nuclearizado de Europa. Sin embargo, el Gobierno galo justifica la defensa de su apuesta por la energía nuclear, ya que sus 19 centrales y sus 58 reactores generan cerca del 86% de la electricidad del país.
En cuanto al lugar específico donde se produjo la explosión, se informó que fue en el horno eléctrico que procesaba desechos radiológicos, del centro Centraco, de la empresa Socodei (una filial de la empresa eléctrica estatal EDF). Ampliando detalles sobre esto, la ASN informó, por medio de un comunicado que “según las primeras informaciones, se trata de la explosión de un horno que sirve para fundir los residuos radiactivos metálicos de baja y muy baja actividad”, sin embargo, no dio a conocer las razones específicas de la explosión por lo que abrieron una investigación para esclarecer las causas del accidente.
En este marco, el propio Socodei subrayó que el local en el que se encontraba el horno afectado está “íntegro”, destacó que los dos hornos con los que cuenta han sido parados, y aseguró que las pruebas efectuadas no revelaron la existencia de una fuga radiactiva. En esta misma línea la policía afirmó que no había contaminación fuera de la instalación, mientras que la ASN confirmó ese diagnóstico, recalcando que no fueron necesarias acciones para proteger a la población.
Este accidente, en una central que estaba previsto cerrara en 2009, relanza el debate sobre la energía nuclear en el país galo, donde una parte importante de la población reclama al gobierno que sea abandonada este tipo de energía, tal como lo pretende hacer Alemania en 2022.
Creada en 1956, la central de Marcoule cuenta con 3.800 empleados y se especializa en el tratamiento de materiales radiológicos. En Marcoule, fueron realizadas las primeras aplicaciones militares del plutonio en Francia, pero sobre todo la construcción de los primeros reactores nucleares de uso militar para las investigaciones llevadas a cabo para la fabricación de la bomba atómica de la fuerza de disuasión francesa.
Marcoule, sufrió en 2008 otro accidente de esta característica, cuando luego de una operación de control, se descubrió importantes fallas de seguridad en las alarmas contra incendios. Por esta razón y luego del accidente nuclear de Fukushima en Japón, el gobierno francés ordenó en marzo pasado se realice diferentes pruebas de seguridad en las 58 centrales galas y la que se encuentra en construcción en Flamaville (en el departamento francés de La Mancha), como así también en las usinas de tratamiento de desechos pertenecientes al grupo Areva (líder en energía nuclear en Francia) y los laboratorios de investigación del Comisariado de Energía Atómica (CEA). Sin embargo, las primeras conclusiones sobre estas pruebas serán dadas a conocer a fin de año.
