Casi un año parada, sin producir una sola botella. Así estuvo la planta de Cattorini, la emblemática fábrica de vidrio que provee el 65% de las botellas de la industria vitivinícola del país y que está terminando una remodelación completa que realizó en su planta en San Juan, de la mano de una fuerte inversión de 22 millones de dólares. Además de incorporar tecnología de última generación, la nueva estructura de esta industria permitió llevar la capacidad total de producción de 350.000 a 500.000 botellas, o sea un salto del 42 por ciento, según informaron fuentes de la empresa y del Ministerio de Producción. La decisión empresaria se tomó en 2012, y la obra comenzó en 2013, duró un año, y ahora está produciendo a pleno pero aún falta finiquitar algunos ítems de la obra civil. En unos 40 días piensan hacer la inauguración formal, la cual ya fue comunicada a las autoridades del Ministerio de Producción y por la cual también cursaron invitación al gobernador Gioja. Cuando en 2012 los directivos de la empresa anunciaron tamaña inversión, en el Gobierno lo celebraron. Ahora, con la obra lista, las autoridades valoraron aún más la decisión empresaria, en virtud a que la inauguración se dará en momentos donde la situación económica de las empresas en general no atraviesa por su mejor momento: ‘’Es importante por el volumen de dinero en juego y porque es parte de la gran cadena de valor que dispone la vitivinicultura’’, dijo el titular de la cartera de Producción, Marcelo Alós. La fábrica sanjuanina abrió a mediados de la década del ‘60 como una Pyme familiar y con unas pocas decenas de empleados en el departamento Santa Lucía, al límite con Chimbas, por calle Benavídez pasando la calle Necochea. Pero en casi 5 décadas de trabajo continuo llego a convertirse en una de las principales cristalerías del país.

La última vez que se habían parado los hornos de esta cristalería fue hace 12 años. Según explicaron las fuentes, en general, los hornos para la fabricación de botellas y envases de vidrio duran unos 8 años, y en este caso se reconstruyeron a nuevo porque la vida útil se había extralimitado. También se arreglaron completamente los subsuelos para la sangría y se colocaron las nuevas máquinas con las que superará en más del doble la capacidad de producción. Estos trabajos implicaron que más de 120 personas se involucraran en la obra, en la que se colocaron 10.000 metros cúbicos de hormigón y 800.000 kilos de acero hasta lograr una superficie de 15.000 metros cuadrados. Sólo en la obra civil, la inversión alcanzó los 50 millones de pesos y quien estuvo a cargo de la reconstrucción fue la firma mendocina Monteverdi, quien sólo una parte de los trabajos se los encargó a contratistas sanjuaninas. Adrián Monteverdi, al frente de la dirección de obra, confirmó que están realizando tareas menores pero que ‘’los hornos ya están funcionando a pleno’’.

Fuentes consultadas por este diario, dijeron que una inversión de este calibre en tiempos turbulentos de la economía sólo se entiende porque son empresas que ‘’monopolizan un negocio’’, en este caso el de las botellas de vidrio. ‘’Tienen un mercado cautivo, son ellos los que ponen las condiciones y pueden atreverse a estas erogaciones’’, graficaron.