Nacido en San Juan y reconocido internacionalmente, el sábado último falleció en Buenos Aires el prestigioso escultor Mariano Pagés, autor, entre otras cosas, del mural de madera que está al ingreso (por calle Rivadavia) de la Galería Provincial; y del monumento en bronce a Gardel situado en el Abasto porteño (el último que hizo, hace una década). Sus restos fueron cremados el domingo pasado.

Dedicado de lleno al arte, nació el 6 de enero de 1922 y se recibió de profesor de escultura en la Academia Provincial de Bellas Artes de Mendoza, para luego radicarse en Buenos Aires (en 1954), desde donde proyectó su obra -a través de múltiples exposiciones- a países como Italia, Inglaterra, Alemania, España, Suecia, Brasil y Estados Unidos. Artista de alma y con profunda vocación docente, dirigió la Escuela de Artes en la provincia y fue profesor de la mendocina Universidad de Cuyo.

Becado por el Fondo Nacional de las Artes para perfeccionarse en Europa y maestro en talla directa, Pagés recibió varios honores, como el Gran Premio Presidencia de la Nación (1962), 1er. premio 47º Salón Nacional de Bellas Artes y el Konex en cerámica (1982). Su vida y obra inspiraron tres publicaciones: Pagés y Velar se debe la vida (de Rafael Squirru), y Las catorce estaciones (editado por Baccanelli).