Después de una trayectoria dedicada al servicio de la rehabilitación y atención de discapacitados, y con una vocación de servicio ejemplar hacia los enfermos, falleció el doctor Jorge Eduardo Peñafort de Oro, el pasado domingo 7 de febrero.
Hijo de una de las más tradicionales familias de la provincia, siguió la obra que iniciara su padre, el doctor Ramón Peñafort (fundador en el Hospital Rawson de la sala de Ortopedia, Traumatología y Rehabilitación), con quien comenzó a atender los casos de poliomielitis y su recuperación, lo mismo que otras patologías que requerían cuidados especiales. Esta sala que hoy lleva el nombre Ramón Peñafort era una de las más modernas y mejor equipadas de su época: contaba con talleres para fabricar todo tipo de prótesis, escuela especializada en discapacitados, piletas de natación para recuperar enfermos y quemados, entre otros servicios.
Con total vocación, al recibirse de médico decidió seguir los pasos de su padre y se especializó en cirugía de manos (difícil materia que desempeñó brillantemente), al lado del profesor Eduardo Zancolli. Trabajó muy estrechamente con ALPI (Asociación de Lucha contra la Parálisis Infantil). Concurrió a congresos de la especialidad de Ortopedia y Traumatología y fue autor, en su última actuación científica, en la Asociación de Ortopedia y Traumatología, realizada en San Juan en el año 2008.
Recibió la educación primaria en la Escuela Superior Sarmiento y posteriormente ingresó al Liceo Militar General Espejo, en Mendoza, donde cursó hasta cuarto año, para hacer el quinto año del secundario en forma libre, en el Colegio Nacional Dr. Pablo Cabrera, del que egresó con el título de Bachiller.
Se recibió de médico a los 22 años. Comenzó su entrenamiento profesional en el Instituto de Rehabilitación del Lisiado, de la ciudad de Buenos Aires, obteniendo la certificación de médico Fisiatra. De regreso a San Juan, tuvo una activa participación durante la epidemia de poliomielitis de los años ’60, en el Hospital Rawson.
Junto a sus amplios conocimientos en la materia, Peñafort era un hombre que ponía mucho esfuerzo y dedicación a su actividad, lo que le valió que sus colegas lo reconocieran no sólo a nivel provincial, sino también en el ámbito nacional, por las intervenciones quirúrgicas efectuadas con gran éxito.
Estaba casado con Eda Doris Sales, con quien tuvo cuatro hijos: Jorge Federico, María Eda, María Dolores y María Jorgelina. La menor heredó la vocación médica de la familia y ejerce actualmente la especialidad de Pediatría.
Entre una de sus últimas actividades, impulsado por la pasión por asistir a los discapacitados, Peñafort organizó y puso en marcha el servicio de rehabilitación para discapacitados sensoriales y motores, en el Centro de Salud René Favaloro, que funciona en el departamento Rawson. En este centro ofreció a la comunidad todo su potencial médico, logrando que numerosos casos de discapacidad alcanzaran un alto grado de rehabilitación, posibilitando a los pacientes reincorporarse a las tareas habituales.
Las expresiones de pesar y dolor puestas de manifiesto durante su sepelio son una muestra del afecto y la amistad que Jorge Peñafort logró en su paso por este mundo.
