A la medianoche el predio estaba repleto y, aún así, la gente seguía haciendo cola para ingresar. Algunos esperaron más de 20 minutos para lograrlo, ya que tanto quienes vendían las entradas como los que las recibían, no daban abasto. Fue el viernes pasado, durante la noche de apertura del Festival del Cerro Blanco, la fiesta más importante de Zonda que, según los organizadores, contó con la presencia de unas 15.000 personas.

Las miles de sillas que se colocaron frente al escenario en filas perfectamente ordenadas perdieron el orden en poco tiempo. La gente las fue amontonando para darles espacio a las personas que iban llegando. Incluso en el patio de comidas tuvieron que arrimar más las mesas para armar otras y poder satisfacer la demanda. Algunas personas esperaron sin suerte que alguna mesa se desocupara para comer y ver el espectáculo cómodamente. Nadie se fue del lugar hasta que el locutor dio por finalizada la fiesta. Al cierre de esta edición se estaba desarrollando la última noche del festival con La Banda al Rojo Vivo.

Quienes no consiguieron un lugar en el patio de comidas no se resignaron a quedarse de pie y comieron las empanadas, pizzas, choris y chivito a las llamas que incluía la carta de los diferentes stands. Hicieron su pedido y lo comieron en las mesas de hormigón que tiene el camping, entre las carpas de quienes estaban acampando en el lugar, y sin poder ver los diferentes espectáculos que se estaban desarrollando sobre el escenario. De todos modos, también aplaudieron y ovacionaron a Los Cuatro de Córdoba, que hicieron cantar a todos los presentes con temas folclóricos muy conocidos popularmente como la Zamba de Alberdi.

A las dos de la madrugada ya era casi imposible conseguir empanadas o pizzas en el patio de comidas. Y seguía llegando gente al predio, en su mayoría jóvenes que asistieron al festival sólo para ver a Damián Córdoba. Aunque tuvieron que conformarse con verlo de lejos porque quienes llegaron más temprano se apretujaron alrededor del escenario. El show duró casi dos horas y encendió aún más el entusiasmo de la gente que cantó cada una de las canciones que interpretó el cuartetero.