Los familiares de los 33 trabajadores que ayer cumplieron 12 días atrapados tras un derrumbe en una mina del norte de Chile fueron autorizados a entrar en el socavón para observar directamente las tareas de rescate, informaron las autoridades.

Ximena Matas, intendenta (gobernadora) de la región de Atacama, precisó a los periodistas que los familiares deberán entrar "de forma organizada" a la mina "San José", para que puedan apreciar la forma en que se realizan los esfuerzos de rescate y los sondajes destinados a establecer contacto con los mineros atrapados.

Matas matizó que aún no se tiene claridad del día y la hora en que se concretará la medida, que fue demandada por los propios familiares, que desde el día en que ocurrió el derrumbe, el pasado 5 de agosto, han permanecido en las afueras de la mina, situada a unos 830 Km al Norte de Santiago.

Aseguró además que, al igual que los familiares, el Gobierno no ha perdido la esperanza de rescatar con vida a los 33 mineros.

El desaliento se había apoderado de los familiares la noche del domingo, cuando las brigadas de rescate que trataban de habilitar el conducto de ventilación de la mina como vía para llegar a las víctimas se toparon con una gigantesca pared de roca causada por un derrumbe el día 7 de agosto.

La pared, de 100 metros de largo, 20 de ancho y 135 de alto, de unas 700.000 toneladas de roca, está además sin apoyo, por lo que puede desplomarse en cualquier momento, dijo entonces Andrés Sougarret, el experto a cargo de los trabajos.

Lo que no se ha detenido es la perforación del cerro mediante varias sondas, con las que se intenta establecer contacto con los mineros para suministrarles agua y alimentos mientras se excava otro túnel para rescatarlos.

Una de las sondas alcanzaba ayer una profundidad de 540 metros, mientras se calcula que los atrapados están en un refugio situado a unos 700 metros de profundidad.