Los familiares de los 33 trabajadores atrapados empezaron ayer a abandonar el campamento “Esperanza” para retomar sus vidas, mientras los mineros empezaron a establecer contacto con la realidad del mundo exterior. Con el objetivo de volver a la “vida normal”, como aconsejan los psicólogos, algunos familiares abandonaron el campamento donde han permanecido los últimos 21 días junto a la mina San José, a la espera de noticias de sus hijos, hermanos, esposos y padres. Con la promesa del Gobierno de mantener con ellos comunicación telefónica o por correo electrónico para informarles de los progresos del salvamento, adultos y niños volvieron a sus casas para retomar sus trabajos y sus clases. También volverá a sus actividades el ministro de Minería, Laurence Golborne.
