Canadá, 12 de Julio.- Cinco días después del descarrilamiento y la explosión de un tren cargado de petróleo en la pequeña localidad de Lac-Mégantic, en la provincia canadiense de Quebec, el número de desaparecidos aumentó a 60 (de los 50 anunciados previamente) y se espera que la cifra de muertos, actualmente en 15, también se eleve. Las autoridades iniciaron una investigación penal.
Las consecuencias ambientales del desastre y la falta de certezas sobre el accidente alimentan la rabia de los habitantes de la pequeña ciudad turística. "Además de nuestra profunda tristeza, tenemos un sentimiento de ira muy legítimo", declaró la primera ministra de Quebec, Pauline Marois, que aseveró que "tanto la empresa como las autoridades competentes deberán rendir cuentas
Ayer, durante su primera visita al poblado ,Edward Burkhardt, presidente del directorio de la empresa ferroviaria Rail World, culpó del accidente a un empleado por no activar debidamente los frenos. "Creemos que aplicó los frenos parcialmente, pero definitivamente no los aplicó a su nivel debido”, dijo Burkhardt, que fue abucheado por su demora en hacerse presente en el lugar del accidente.
