Feliz. Completo. Satisfecho por haber pasado el primer examen mano a mano del Mundial. Donde como dice el propio Maradona "si te dormís, fuiste". Estaba tan contento Diego Armando que hasta retó al traductor de la conferencia de prensa post victoria y la estiró a su antojo. Respondió hasta en italiano y siguiendo con el supuesto pacto de no agresión con el periodista Juan Carlos Pasman, le contestó como si le preguntara cualquiera de sus aduladores. Lo único que le quedó como deuda en la jornada fue la apuesta con Messi a quien prometió pegarle una patada en la cola en caso de no marcar dos tantos ante los mexicanos.
El arribo de Maradona al Soccer City fue a puro grito. Tratando de imponer presencia y sabiendo, como pocos, lo que representa este camino decisivo en este torneo. La recorrida previa en el campo de juego la amenizó con lo que claramente ya se convirtió en una de sus cábalas: hablar con los periodistas de Telefé, tal cual hizo en los tres juegos de primera ronda. Ni bien el árbitro pitó el inicio del choque, se paró y besó el rosario que lleva de amuleto. Esos primeros minutos lo tuvieron tenso. Movedizo. Buscándole la vuelta a un partido complicado. Por eso el festejo desaforado con el primer tanto de su niño mimado, Carlitos Tevez. La tranquilidad con la exquisita definición de Higuaín, a quien le puso sus fichas para ser titular más allá del envión que traía Diego Milito, lo cambió. El segundo alarido del Apache definitivamente lo calmó. Hasta quizá lo relajó, porque algún cambio con anterioridad bien podría haber hecho recuperar el balón. La perla de Hernández provocó una versión aún más hiperquinética. Charlando permanentemente con sus ayudantes y preguntándole a Messi cómo se sentía. Más allá que México tenía el balón en su poder, Maradona confiaba que la victoria no se podía escapar. Y así fue nomás. Por eso su satisfacción y el puño apretado tras el último pitazo de Rosetti. El abrazo con su cuerpo técnico. La palmada a Messi, quien esta vez no le cumplió. Por eso y por tantas cosas es que Maradona hasta pidió alargar la conferencia.
