El sanjuanino Ezequiel Fernández (24-1-0, 3 Ko), campeón argentino de los superplumas retuvo con éxito su cetro, luego de batallar diez intensos asaltos con el experimentado santiagueño Carlos Rodríguez (30-12-0, 5 Ko), en la pelea que cerró la velada “San Juan contra todos”, en la que siete profesionales sanjuaninos pudieron con sus rivales al bajar del ring con el brazo en alto.
La contienda del “Pac-Man” culminó a las 3 del sábado. El horario es el único punto criticable de una noche de buen boxeo. Algunos, de los 1.800 aficionados que pagaron entrada se retiraron sin ver las últimas peleas, que al fin de cuentas, por ser las protagonizada por los de mayor experiencia, eran las que despertaban más interés.
La victoria de Fernández fue clara los jurados lo vieron ganar por 4, 6 y 7 puntos (para DIARIO DE CUYO lo hizo por 5,5 unidades). Los números reflejan el predominio del sanjuanino, pero no la intensidad de la contienda. Es verdad que Ezequiel ganó con amplitud, pero también es cierto que para hacerlo debió bregar durante los diez asaltos ante un hombre limitado de recursos en lo técnico, pero de una gran determinación y actitud, como el “Buby” Rodríguez, quien conectó una buena mano sobre el final de primer round, que hizo trastabillar al sanjuanino, lo obligó a trabar y a tirar el protector bucal, buscando tiempo para salir del aturdimiento.
Ese golpe le sirvió al santiagueño para ganar la primera vuelta y dividir el dominio estratégico en el segundo round, donde la apreciación podía volcarse para cualquiera de los dos. Después, desde el tercero hasta el final, con algunas lagunas y con erróneas elecciones de combinaciones, fue todo del campeón argentino.
Ezequiel fue ganando confianza en el manejo de su elegante mano izquierda con la que manejo de manera inteligente el anticipo y demarcó distancia y tiempos de pelea.
El fino boxeo de Fernández, aún tiene deficiencias, como el tirar los golpes bajando la cabeza, o dejarse llevar por su temperamento y arriesgar en cruces innecesarios, donde verlo con la guarda baja hiela la sangre. Sin embargo, en el camino de hacerse “hombre” y moldearse como campeón necesitaba sortear circunstancias como la que le tocó vivir en el primer asalto.
Demostró que sabe sufrir y eso es lo más importante del examen de ayer, lo demás es perfectible. Solo necesita tiempo y trabajo, lo que le darán más triunfos. En el gimnasio, con su hermano Fito y su técnico Cuty Barrera encontrará las respuestas.
