Es cierto que no se vio la cantidad de público que puede convocar una clásica o la Vuelta a San Juan, pero una importante cantidad de aficionados se apersonó ayer hasta las arterias por donde pasaba la carrera.
La intersección de Rastreador Calivar e Ignacio de la Roza, fue la más poblada, un poco por la frondosa arboleda que hay allí, y otro porque en cada giro el pelotón pasaba un par de veces por ese sector. Y, aunque hizo calor, vivieron su momento de relax.
