El comisario Dimas Quiroga, separado de su cargo por autorizar que un preso festeje su cumpleaños comiendo asado con su familia dentro de la subcomisiaría de Villa Hipódromo, salió ayer a defenderse del escándalo. Aseguró que solamente fue "un acto de humanidad", que no se trató de una fiesta y sólo les dio permiso por "10 minutos para que compartieran un sanguche…". Con respecto al sumario en su contra, dijo: "esto me pasó por ser humano, por ser caritativo". El caso levantó tal alboroto que la juez de Ejecución, Margarita Camus, ordenó ayer sacar a los presos Emanuel Lucero -el cumpleañero- y a su hermano Sebastián de esa dependencia policial de Rawson y los mandó de nuevo al Penal de Chimbas para que sigan cumpliendo sus respectivas condenas.

En una suerte de justificación, el comisario Quiroga aseguró a DIARIO DE CUYO on line que "fue solamente un acto de humanidad que he tenido con dos detenidos que no deberían haber estado en esta comisaría. Hace un mes y días que tengo a dos detenidos encausados con penas, que habían salido del Penal de Chimbas y de la misma Brigada de Investigaciones con problemas de conductas y denuncias".

Emanuel Lucero tiene una condena de 4 años y 10 meses por portación de arma de guerra y lesiones, mientras que está con caución juratoria por otra causa que sería por robo, según fuentes penitenciarias. Su hermano Sebastián carga una pena de 8 años y 6 meses de prisión por robo agravado, señalaron. Ambos fueron trasladados del Penal de Chimbas el 23 de junio pasado después de que denunciaran apremios ilegales, aunque también por problemas de convivencia con otros reos y por agredir a un guardiacárcel, de acuerdo a las fuentes. Estuvieron alojados en la Central de Policía y el 28 de julio último, por orden judicial, terminaron en la Subcomisaría Villa Hipódromo, según la Policía. Justo en el barrio donde vive su familia.

Un uniformado de esa misma dependencia comentó ayer a este diario que varios de ellos venían mostrando su malestar por el trato supuestamente preferencial del comisario para con los Lucero. El problema estalló el viernes, cuando el jefe de la Regional Sur cayó de sorpresa a esa seccional y descubrió que Emanuel Lucero festejaba su 23 años compartiendo un asado (con ensalada y gaseosas) con su hermano, sus padres y hasta su novia. Habían armado una mesa en el pasillo de los calabozos. Por ese hecho, separaron del cargo al comisario Dimas Quiroga y le iniciaron sumario, lo mismo que al oficial, una cabo y dos agentes que estaban de guardia.

El comisario Quiroga argumentó que "una cosa es que hayamos estado festejando, como decir que estábamos todos de fiesta, que había torta y música. Pero no fue así. A las 14 tienen visita, como dos días a la semana. En ningún momento se festejó, los padres sólo entraron a la dependencia a traerle comida para ellos, en un día especial, para dejársela. Y yo, como un hecho humanitario, les di 10 minutos para que compartieran algo con la familia". Aclaró que los policías estaban en otro recinto y "me quede en la dependencia para garantizar que todo se desarrollara con normalidad".

Reiteró que "les di 10 minutos para que compartieran un sanguche, como podría haber sido un mate, una galleta, como podría haber sido un abrazo… Esto me pasa por ser humano, por ser caritativo. Si ustedes lo ven, le di el permiso que tienen todos los detenidos" y aseguró que son derechos que están en el Pacto de San José de Costa Rica. La versión de otros policías, que hoy posiblemente declaren en Asuntos Internos, es todo lo contrario: contaron que esos presos tenían visita los martes, jueves y domingo, y no un viernes. También aseguraron que la familia Lucero había ido a almorzar, que no fueron por 10 minutos, y que un rato antes un oficial discutió con Quiroga por permitir esa reunión familiar dentro de la comisaría.