La víctima afirmó que creyó que eran policías. Es que a través del vidrio alcanzó a ver que el que tocaba la puerta estaba de uniforme y llevaba un arma similar a la que utilizan en esa fuerza, además otros de los sujetos vestía saco. La mujer abrió confiada, pero a los segundos que asomó la cabeza para atenderlos, recibió un empujón y de un instante a otro ya tenía una pistola apuntándole. Así empezó el atraco perpetrado ayer en la mañana por tres delincuentes en un domicilio de Albardón, propiedad de una funcionaria del municipio de Santa Lucía. La dueña y su marido no estaban, pero sí su hijo de 7 años, quien dormía en una habitación. Los ladrones maniataron a la empleada doméstica y fugaron en un auto llevándose 1.000 dólares y algunos artefactos electrónicos.
Viviana López, titular de la dirección de Control de Gestión de Santa Lucía, salió a eso de las 8.20 de su casa junto a su marido, Francisco Maldonado, quien sería transportista, señalaron fuentes policiales. A los 10 minutos, alguien llamó a la puerta de esa vivienda situada en una finca de calle Italia, 100 m al Este de Tucumán. Verónica Vargas (32), la empleada, miró por la ventana y observó a un uniformado y a otro hombre de saco, señalaron. Pensó que eran policías, pero cuando abrió la puerta los sujetos irrumpieron por la fuerza y la encañonaron con pistolas. Los asaltantes empezaron a exigirle dinero y amenazaron con matarla. La mujer les juró que no sabía donde había dinero, lo único que les pidió fue que no lastimaran al niño (al hijo de la pareja, de 7 años) que dormía en su habitación.
Los delincuentes llevaron a la mujer a otra pieza, le ataron las manos y los pies y la cubrieron con algunas prendas. Después revisaron toda casa para finalmente escapar con una cartera con 1.000 dólares, un LCD 42 pulgadas, una notebook y el celular de la empleada. Habrían fugado en un Fiat Duna azul, que era guiado por otro.
