Mientras en Dinamarca comenzó ayer la Cumbre Mundial sobre Cambio Climático, el Gobierno de EEUU tomó acciones para reducir sus emisiones de gases invernadero. Impulsando la primera jornada de las mayores negociaciones en la historia sobre cambio climático, la Agencia de Protección Ambiental estadounidense (EPA por su sigla en inglés) determinó ayer que los gases de efecto invernadero ponen en peligro la salud humana, en una declaración que le permitirá regular los niveles de polución que provocan el calentamiento global.
Con esta medida, EPA puede inspeccionar las emisiones sin una legislación del Congreso, donde se estancó un proyecto de ley que busca recortar los niveles de gases contaminantes para el 2012 en Estados Unidos.
El dictamen fue acogido en la inauguración de la cumbre que se realizará hasta el 18 de diciembre en Copenhague (Dinamarca), donde 190 países buscan un acuerdo para frenar el calentamiento global y la emisión de gases contaminantes tales como el dióxido de carbono.
Estados Unidos es el segundo mayor emisor tras China, y es la única nación industrializada fuera del actual Protocolo de Kioto, que expira en el 2012. El objetivo de la cumbre en Dinamarca es conseguir un acuerdo que sustituya al protocolo de Kyoto, que expirará en 2012.
Las conversaciones en ese sentido ya comenzaron ayer en Copenhague, con una descarnada advertencia de la ONU sobre los riesgos del cambio climático y un pronóstico del primer ministro danés, Lars Lokke Rasmussen, quien dijo que un pacto para combatir el cambio climático está "a nuestro alcance".
También desde la capital danesa, el subdelegado de la misión estadounidense en la cumbre, Jonathan Pershing, indicó que EEUU aportará "la parte justa" de los 10.000 millones de dólares anuales calculados como mínimos para mitigar las consecuencias de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en los países en desarrollo.
Este monto ha sido manejado por distintos organismos en vísperas de la conferencia y calificado de realista por las partes negociadoras, aunque varias organizaciones ecologistas lo consideran insuficiente y afirman que serían necesarios más de 100.000 millones de dólares.
Por su parte, el ministro sueco de Medio Ambiente, Andreas Carlgren, cuyo país ocupa este semestre la Presidencia de turno de la Unión Europea, sostuvo que los veintisiete "quieren" reducir sus emisiones en un 30 por ciento, pero añadió que las propuestas de China y Estados Unidos "aún no son suficientes".
La UE, representada por la Presidencia de turno sueca en Copenhague, propone rebajar sus emisiones en un 20 por ciento en 2020, umbral que podría elevar al 30 por ciento si otros países realizan esfuerzos similares.
