Virginia, 26 de agosto.- Antes de morir, el camarógrafo Adam Ward logró capturar el rostro de su propio verdugo y de Alison Parker, ambos periodistas del canal WDBJ7, quienes fueron asesinados en vivo durante una transmisión.
Ambos fueron ultimados por un desconocido mientras realizaban una nota sobre turismo. En un momento determinado un extraño comenzó a dispararles por la espalda. Al caer, Ward consiguió su última toma: el rostro del asesino.
Los investigadores del Departamento de Policía de Roanoke, en Virginia, tomaron esta imagen como clave para intentar dar con el paradero del asesino, cuya identidad aún es un misterio. El sujeto es intensamente buscado.
