Brasil 25 de julio.- Frente a una marea de jóvenes, calculándose más de un millón de peregrinos que arribaron de los cuatro continentes, el papa Francisco inauguró formalmente las XXVIII Jornadas Mundiales de la Juventud que se realizan en Rio de Janeiro. Notablemente cansado tras un extenso día pero con el temple intacto, Francisco recibió a los jóvenes diciendo enérgicamente “bienvenidos a la fiesta de la Fe”.
El Papa agradeció el recibimiento y a la organización del evento, manifestando “los cariocas saben recibir bien. Saben dar una gran acogida”, desatando la ovación de los jóvenes brasileros presentes.
Continuó manifestando “Río se convierte en el centro de la Iglesia. He venido para ser confirmado por el entusiasmo de la fe de ustedes. Mi corazón los abraza a todos con afecto universal”, y aclaró “para que mi fe no sea triste he venido aquí para contagiarme del entusiasmo de ustedes. Qué feo que es un obispo triste”.
Francisco le dedicó un párrafo especial a Benedicto XVI, al manifestar que “estuve charlando con Benedicto y le pedí que me acompañara con la oración y él dijo que nos iba a estar viendo por televisión, asique ahora nos está viendo. A él se lo agradecemos de todo corazón. Y a él que nos convocó aquí le enviamos un saludo y un fuerte aplauso”, dijo.
Por último el Papa cerró su corto discurso diciendo “hoy estamos aquí juntos unidos para compartir la fe y la alegría del encuentro con Cristo. Hoy Jesús nos sigue preguntando: ¿Querés ser mi amigo, querés ser testigo del evangelio?”.
