Pese a que se trata de una de las giras más peligrosas de su pontificado, el papa Francisco se mostró hoy totalmente sereno, contento y de buen humor cuando, durante el vuelo con rumbo a Kenya -primera etapa de una gira que también lo llevará a Uganda y República Centroafricana- pasó a saludar a los periodistas. En medio de un clima de alerta mundial, cuando alguien le preguntó si estaba preocupado por posibles atentados en su contra, el Papa utilizó su sentido del humor porteño: "El único peligro son los mosquitos". Y después de pasar media hora saludando, uno por uno, a los 74 periodistas presentes en el vuelo papal, se despidió recomendándoles, con gestos y sonriente, que se cuidaran en este primer viaje a África poniéndose aerosol anti-mosquito.

El Papa -que antes de dejar el Vaticano se reunió brevemente con un grupo de mujeres víctimas de trata y prostitución, y sus hijos, según contó el padre Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede, apareció en la parte trasera del avión una hora y media después del despegue desde el aeropuerto romano de Fiumicino. Entonces el moderno Airbus A330 del vuelo AZ4000 de Alitalia -con disponibilidad de wi-fi, para alegría de los periodistas-, estaba comenzando a sobrevolar Egipto. El desayuno ya había sido servido.

"Quería saludarlos y agradecerles su presencia y su trabajo en este viaje. Yo voy con alegría a encontrar a los kenyatas, los ugandeses y los hermanos de la República Centroafricana", aseguró, micrófono en mano. "Les agradezco por todo lo que harán para que este viaje dé los frutos mejores, tanto en el plano espiritual, como material", agregó. Acto seguido, como ya se ha vuelto una costumbre, pasó a saludar, uno por uno, a los cronistas, camarógrafos y reporteros de todo el mundo presentes, entre los cuales cuatro kenyatas.

Como siempre, en la recorrida el Papa recibió cartas y regalos de todo tipo, libros, imágenes sacras, y dialogó brevemente con cada uno, muy relajado. Una periodista de Paris Match le obsequió dos spray para los mosquitos y un DVD de La fiesta de Babette, una de sus películas favoritas. Otros periodistas aprovecharon para pedirle bendiciones de objetos como rosarios y oraciones para algún pariente enfermo.

Cuando un periodista le dijo "Santo Padre, por favor, no se deje frenar por las resistencias", aludiendo, sin mencionarlo, al escándalo VatiLeaks II por la filtración de documentos reservados y a la evidente oposición de un núcleo duro conservador, el Papa reaccionó, también, con enorme serenidad. Primero se quedó pensando unos segundos y luego sentenció: "Las resistencias no frenan, impulsan". Dejó en claro así que, como dijo en el Ángelus en el que habló públicamente del triste episodio del robo de documentos, las reformas en curso no se detendrán, sino todo lo contrario.

Al saludar a la periodista mexicana Valentina Alazraki, de Televisa, el Papa confirmó que en su futuro viaje a México, en febrero, visitará cuatro ciudades: México DF, Morelia, San Cristóbal de las Casas y Ciudad Juárez.

"¿Qué hacés pirata?", saludó, con acento porteño y gran sonrisa, al padre cordobés Javier Soteras, de Radio María, que junto a LA NACION es el único medio argentino presente en el vuelo papal.

Cuando Néstor Pongutá, de la radio W de Colombia, le pidió una bendición especial para los soldados caídos en combate en su país, el Papa dio una vez más muestras de su gran expectativa a que una vez por todas los guerrilleros de las FARC firmen un acuerdo de paz con el gobierno colombiano, algo que debería ocurrir en marzo próximo. "Espero que en marzo brille una nueva aurora de la paz en Colombia", dijo Francisco, con los ojos cerrados y rostro compenetrado.

Y quedó muy contento y agradecido cuando un periodista que durante años trabajó en Radio Vaticana y dirige un sitio online de información religiosa, Luis Badilla, que anoche cumplió 70 años, le envió, a través de un video grabado en una tableta por algunos amigos colegas, sus mejores augurios para una gira seguramente distinta a las anteriores y riesgosa. "Estoy convencido de que este viaje será lindísimo -dijo a través de la pantalla Badilla-, todos rezamos por usted y no sólo nosotros, sino también millones de personas más".

Fuente: La Nación