El primer trimestre en la provincia tuvo una retracción en cuanto a la demanda de alquileres. En las inmobiliarias consultadas dijeron que la franja de los que superan los $1.200 se notó una marcada baja en términos de contratos cerrados. Sin embargo, el segmento que va de los $800 a $1.200 se mantiene firme. “Hay clientes que vienen y pretenden alquilar un departamento de un dormitorio en $2.000 y no nos queda otra que bajarle la expectativa, porque hoy por hoy con esos valores no lo alquilás. La gente que quiere alquilar primero busca una zona que le convenga y luego aspira a que lo que paga de alquiler no le coma el sueldo”, dijo una reconocida empresaria inmobiliaria.

La estimación que hacen en el sector, es que la fuerte inflación que se refleja en gastos cotidianos -comida, servicios, educación- hace que los inquilinos tengan que apretar clavijas y optar por alquileres más baratos, aunque resignen en comodidad.