Gustavo Chirino (36) estaba a punto de abrir el portón del taller de chapa y pintura donde trabaja. Era un trámite sacar la moto de allí para partir con su mujer a su casa de Chimbas tras participar de la Fiesta del Sol en Capital, pero esa intención se mezcló con un hecho muy violento: al intentar abrir, el chapista vio a un sujeto con casco bajar de una moto en la que se quedó una mujer, también con casco, y correr hacia donde ellos estaban.
Pensó que era uno de sus tantos amigos, pero cuando giró y vio que el sujeto le arrebataba la cartera a su esposa Analía Pérez, no lo dudó: tomó del casco al desconocido, lo tumbó al piso y entró a darle trompadas. Su idea era golpearle la cabeza pero todos sus golpes fueron a dar al casco. Entonces intentó pararse para reconsiderar su estrategia pero justo en ese instante el delincuente sacó una punta de entre sus ropas y le aplicó dos certeros ataques en sus piernas.
El violento ataque hizo retroceder en el acto a Chirino y esa distancia fue aprovechada por el ladrón para escapar con su cómplice, eso sí, ya sin ningún botín.
El hecho trascendió ayer pero ocurrió alrededor de las 6 de la mañana del miércoles en el taller en el que Chirino trabaja en 25 de Mayo, entre Salta y España, en Capital.
‘Al final tuve suerte, porque lo agarré del casco y lo tiré al piso. Si lo agarraba del cuello me hubiera dado puntazos en todo el cuerpo y no sé que hubiera pasado. Hace 18 años que trabajo en ese taller y es la primera vez que me pasa algo así. Espero que no se vuelva a repetir’, dijo ayer Gustavo.
