Dicen que las cosas buenas pasan demasiado rápido. Esa sensación queda en aquellos que de una u otra manera somos espectadores preferenciales de las carreras que componen la temporada de ruta. Posiblemente para quienes tienen otro tipo de responsabilidades, dirigentes, comisarios, directores de equipos y ciclistas, encargados de gozar y sufrir el espectáculo que montan, haya sido muy extensa. Cansadora, tal vez, pero no agobiante. El viejo y glorioso ciclismo rutero sanjuanino cerró otro año y el sabor que dejó en la boca es ese del gusto a poco. Nos quedamos con hambre de más, con ganas de seguir monitoreando algunos corredores que brillaron con luz propia. Con el deseo de saber como se desarrollarán algunos jóvenes y de que manera responderán algunos más experimentados.
Hubo un total de 10 equipos, de los fuertes y más chicos, el de la Municipalidad de Rawson fue el más ganador con un total de 11 victorias entre las 21 fechas. Las otras victorias se las repartieron entre la Municipalidad de Pocito (4), Agrupación Virgen de Fátima, Sindicato Empleados Públicos y Municipalidad de Rivadavia/F.Salud (2). Darío Díaz, con seis triunfos, en carreras y dos etapas de la Vuelta de San Juan, ratificó porque es el ciclista más ganador del Siglo XXI. Su compañero Emiliano Fernández fue el único que repitió victorias (2), el resto se repartió entre otros triunfadores.
El dominio de los municipales rawsinos, no se plasmó en las carreras clásicas, donde solamente Bam Bam Fernández inscribió el nombre del equipo en una Mendoza-San Juan atípica porque largó acá, cruzó el límite y retornó. Emiliano Ibarra (MR/FJS) se quedó con la Doble Calingasta. El riojano Sebastián Nieto le regaló a los municipales pocitanos la Doble Difunta Correa y Héctor Lucero ganó la Doble Media Agua desatando el alocado festejo de la Agrupación Virgen de Fátima.
Al Giro del Sol lo ganó Cristian Clavero, dando la primera victoria grande al Sindicato de Empleados Públicos. En tanto que Daniel Zamora ganó su segunda Vuelta a San Juan, coronando exitosamente la inversión que hizo Carlos Gómez armando un fuerte equipo piquetero que luego se dio el lujo de participar con éxito en la Doble Bragado (Juan Pablo Dotti fue tercero) y en la Vuelta de Mendoza, que ganó Zamorita.
Como en toda actividad hay cosas que corregir y en el lapso que duró la competencia se fueron equilibrando cargas. Lo positivo es que más allá del dominio de conjuntos con un poder logístico y económico mayor, hubo escuadras chicas que también aportaron lo suyo para generar expectativa e ilusionar a su gente. Como olvidar la fuga de Oscar Villalobo en la Doble San Martín. El zondino fue el emblema de Full Time que si bien no ganó ninguna prueba varias veces estuvieron entre los diez primeros. También quedará el recuerdo de las lágrimas de Juan Carlos Barón cuando entró cuarto en la Difunta, para el joven de Moto Lucero/Marzano, fue un triunfo. Mardan, Babsía-Jacamo y Participal de Albardón, también aportaron o suyo para que la fiesta fuera completa.
Nombres propios hubo varios, los de Díaz y Zamora resaltan por sus logros, pero también entusiasman los primos Tivani, Diego y Nicolás quienes a su edad también se destacaron.
Fueron cinco meses que pasaron volando como cuando el pelotón baja la Cuesta de las Vacas.
