El más chico de los varones estaba en su dormitorio cuando, a través de la ventana, lo sorprendieron los chispazos que salían del techo de la cocina comedor pegada a su habitación. Allí estaba su mamá, concentrada en los primeros trámites del almuerzo de espaldas a la curiosa escena. Y no notó nada hasta que su hijo le avisó y entonces sufrió un gran susto porque la casa entró a llenarse de humo. Sin embargo su hijo y un policía afectado a la custodia, se encargaron de romper parte de la estructura de machimbre del techo para intentar sofocar el siniestro con un matafuegos. Lo consiguieron, pero en parte, porque el siniestro siguió propagándose por el telgopor aislante de la estructura y al final un grupo de bomberos de Rawson tuvo que controlar completamente el problema, que afectó unos 2 metros cuadrados de la estructura.

Según el jefe de policía, comisario general (RE) a esa secuencia siguieron los hechos del incendio que afectó parte del techo de la construcción en el fondo de su casa de la calle Guayaquil del barrio Hualilán, Rawson, ayer alrededor de las 11,30.

A esa hora -comentó González- él había salido a buscar un pollo para el almuerzo y en su casa estaban su señora y sus dos hijos menores. "Menos mal que ocurrió cuando estábamos en la casa porque si hubiéramos salido o hubiera ocurrido de noche no sé cómo habríamos terminado", dijo ayer González, mientras buscaba una explicación al cortocircuito que generó el problema.

Las dudas surgieron cuando el propio jefe de Bomberos, el comisario Orlando Ríos y el oficial Víctor Cabrera, le explicaron que para un cortocircuito son necesarios 1.200 grados y el jefe de policía no se explica qué pudo causar semejante recarga en la tensión eléctrica, ya que en su casa usaba la calefacción con gas y no tiene ningún equipo o aparato que produzca semejante calentamiento.