Contrario a lo que se esperaba, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, optó por proteger una reserva natural al acordar ayer cambiar de lugar una planta termoeléctrica a carbón cercana a un santuario marino que resguarda pingüinos en riesgo de extinción.

El mandatario acordó con el grupo belga-francés Suez cambiar el lugar donde se construirá la central termoeléctrica, realizando tal anuncio en el Sur del país, luego de que a principios de semana un ente regulador chileno aprobara su estudio ambiental, en medio de fuertes protestas de comunidades y ambientalistas.

"He pedido, y hemos acordado con Suez, cambiar la ubicación de la Central Termoeléctrica Barrancones, de forma tal de alejarla del sector de Punta de Choros, Isla Damas e Isla Gaviotas y proteger ese maravilloso santuario de la naturaleza", indicó Piñera en la sureña ciudad de Temuco.

Estaba planeado que el complejo eléctrico, que incluye tres unidades de generación de carbón por un total de 540 megavatios, se ubique en la región de Coquimbo, en las cercanías de una reserva natural costera vecina al pueblo turístico de Punta de Choros, que está ubicado al norte de La Serena.

Una Reserva Nacional en esa zona resguarda pingüinos de Humboldt, una especie en riesgo de extinción, y es hábitat de guanacos, pequeñas nutrias conocidas como chungungos y está frente a un área marina donde se avistan ballenas y delfines.

Piñera, un multimillonario de derecha que antes de ser presidente tuvo una exitosa carrera en el mundo empresarial, indicó que el caso de la planta de Suez demostró la necesidad de perfeccionar la legislación ambiental. Aun no se ha informado donde se construirá la central termoeléctrica.

Durante la campaña, el mandatario había indicado que se opondría a cualquier proyecto que pusiera en riesgo la naturaleza.

Pero analistas esperaban que Piñera ratificara el proyecto, argumentara que no es contaminante y que se encuentra lo suficientemente lejos de la reserva como para afectarla. "Va a despegar una estrategia comunicacional para demostrar que no hay daño ambiental", había augurado el politólogo Fabián Pressaco.

En datos duros, la Comisión de Medio Ambiente de la región de Coquimbo autorizó el martes la planta térmica Barrancones, situada a unos 21 kilómetros de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, que significa una inversión cercana a los 1.100 millones de dólares, entre cuatro y cinco años de construcción y 1.600 empleos directos y 3.000 indirectos. La central proveería 540 megavatios de potencia nominal al Sistema Interconectado Central (SIC), que abastece de electricidad a la mayor parte del territorio chileno.

El Gobierno pretende que Chile crezca en torno al 6 por ciento promedio en los próximos cuatro años, lo que implicará un aumento de la demanda energética del orden del 8 por ciento anual, según expertos, principalmente gracias a enormes proyectos mineros en desarrollo.

"Todos los proyectos son necesarios. En el norte, hay proyectos mineros que requieren con urgencia capacidad eléctrica. Y las primeras centrales de Aysén van a estar en el 2018, y también son necesarias", dijo María Isabel González de Energética Consultores. Mientras Chile pretenda seguir creciendo y no se decida a discutir la energía nuclear como alternativa y las opciones limpias, como eólica o solar, deberá optar por construir centrales hídricas o térmicas, agregó.