El Gobierno de Nueva Zelanda declaró hoy el estado de emergencia e impuso el toque de queda en la ciudad de Christchurch tras un sismo de 7,2 grados en la escala de Richter, que causó decenas de heridos e importantes daños en infraestructuras públicas y edificios en el Sur del país.

El terremoto ocurrió de madrugada a 28,4 kilómetros de profundidad bajo el lecho marino y 31 kilómetros al noroeste de Christchurch, según el Servicio Geológico de EEUU, que vigila la actividad sísmica mundial. El toque de queda fue declarado a partir de las 7 de la tarde por un periodo de 12 horas y la Policía desplegó cerca de 100 agentes en los barrios más afectados para garantizar la seguridad ciudadana. Según datos oficiales, el temblor causó daños de 2.000 millones de dólares neozelandeses (unos 1.400 millones de dólares).