El ministro de Economía, Axel Kicillof, advirtió ayer por la tarde que ‘existe una especie de campaña encaminada a sembrar incertidumbre, pánico y terror vinculada con la palabra default‘, al tiempo que enfatizó que lo que está ocurriendo ‘no tiene nombre‘ y que en caso de tenerlo ‘nunca sería default‘.
Durante una conferencia de prensa en el Palacio de Hacienda, Kicillof criticó a las calificadoras de riesgo por la rebaja en la calificación de los títulos de deuda y aseguró que ‘decir que estamos en default es una pavada atómica‘. En la conferencia brindada en el Microcine del Palacio de Hacienda, que se extendió algo más de 60 minutos, hizo saber que ‘el Gobierno no se opone a un acuerdo entre privados‘, aunque en paralelo fustigó la propuesta que realizaron representantes de la Asociación de Bancos Privados de Capital Argentino (ADEBA).
‘Me vengo a desayunar que los bancos iban a poner plata para comprar (la deuda) a los buitres‘, pero que ‘si no se les devolvía, estaban asegurados en SEDESA‘, objetó. El ministro recordó que SEDESA es el fondo de garantía que se creó en 1995 con los ‘depósitos de la gente‘ para poder responder si algún banco tenía problemas ‘o sea que estos fondos son de todos los argentinos‘, planteó.
Luego, sostuvo que ‘si los bancos argentinos creen que es conveniente y quieren poner plata está bien, pero que pongan de la suya‘. También señaló que ‘desde el punto de vista económico es factible que sucede un acuerdo entre privados, porque hay muchos privados que tienen incentivo para hacerlo‘. Explicó que ‘Argentina hubiera entrado en default si algunos de los eventos de default hubieran ocurrido y el gran problema es que ninguna de esas condiciones ocurren hoy‘. Explicó que para llegar a ese estado deben cumplirse algunas de las condiciones fijadas en los contratos ‘y ninguna se cumple en esta fecha‘: el no pago, el incumplimiento de otras obligaciones, el incumplimiento cruzado o ‘cross default‘, la moratoria o que el deudor objete la validez de los títulos públicos. Dijo que la situación derivada del fallo de la Justicia de EEUU constituye ‘un hecho judicial sin precedentes‘ y que ‘no encuadra desde la lógica, es ridícula‘. Fuente: Télam
