Flavio Mendoza no empezó su carrera en la TV precisamente, tampoco en un teatro. Su pasado tiene que ver con la fantasía del circo. Quinta generación de una estirpe de cirqueros, a los 14 años, cambió las contorsiones por la danza. Pero como la vida da muchas vueltas, el bailarín volvió a sus raíces con los Yovanovic y su Circo Servian, para renovar la imagen de aquellas carpas de antaño.
"Hice un trabajo general no sólo la dirección artística. Es un espectáculo más complejo, en un circo de última generación donde en los palcos hay sillones de living. Todo tiene mi personalidad y la de los Servian. Es hora que los espectáculos se hagan seriamente’. Así describió su desempeño a DIARIO DE CUYO, el artista que cuando no baila, está evaluando a los famosos en el Bailando 2012; por lo que no podrá asistir hoy, al debut del Circo Servian en San Juan (ver aparte): "Tengo funciones, ensayo y televisión, ¡es una lástima no estar ahí!’, dijo disculpándose.
– ¿Por qué volviste al circo?
– Porque soy amigo de los Servian. El circo se había perdido mucho y fue como recuperarlo, apostar a algo grande. Es un orgullo nacional.
– ¿Los artistas fueron elección tuya?
– Fue junto a Ginette y Cristian Servián, a los artistas que ya estaban, sumamos al trapecista argentino Gastón Elie y a Ventura del Cirque du Soleil
– ¿Tu familia continúa con el circo? ¿Por qué tomaste otro camino?
– Soy quinta generación, pero me dediqué a bailar y también fui modelo. Mi tío Osvaldo es el que está siempre en gira con su circo, con mis otros tíos tengo la sociedad con el Estudio de Danza y Acrobacia Flavio Mendoza.
– ¿Los acróbatas nacen o se hacen?
– No es lo mismo el acróbata que se muestra en los semáforos a los que tienen la escuela de circo, es otra formación, más completa y más sacrificada. Pero, también es cierto que yo bailo gracias al circo, a las clases que me daban ahí, y no porque fui a un estudio.
– ¿Cuál era tu fuerte en el circo?
– Fui la oveja negra del circo, me tenían a los palos para ensayar. Era el más chico, pero era muy vago. Cuando mi hermana me decía: si hacés lo que te pido, en media hora terminás; yo lo hacía con tal de irme a jugar, hacía la triple mortal, saltaba desde los taburetes de los leones… Todo eso lo perdí porque no le di la bolilla necesaria, porque no tenía la cabeza que tengo hoy, pero todo es por algo.
– Del circo de la carpa al de la televisión…
– Con la diferencia que el circo es lo más sano que hay, donde te trasladás a la fantasía y desconectas tu mente. La tele se tornó más caníbal, de a poco voy aprendiendo que mejor no abrir la boca, pero uno es humano y pisa el palito.
– Las discusiones en el Bailando ¿son parte del show?.
– Casi siempre, todo lo que se vive ahí es verdad, lamentablemente. Pero luché mucho para llegar donde estoy hoy, cuando resultó el Circo Servian y también cuando estrené Stravaganza y fue lo que buscaba, no sólo porque es lo más visto a nivel nacional y hasta le ganó al Cirque du Soleil en Buenos Aires. Estar en TV, es una consecuencia, estoy ahí por algo y porque lo puedo respaldar con mi carrera. Aunque hay artistas muy buenos en el Bailando, hay gente que quiere más cámara, que abre la heladera, se prende la luz y sonríen creyendo que es una cámara.
– ¿La TV también te sirve de promoción?
– Es tan relativo, el país vive una crisis muy grande y mi show está arrasando, pero eso no es normal. Mi papá, cuando vivía, me decía: cuando le va bien a uno y al resto le va mal, es porque no están bien las cosas. Yo opino de esa forma. No a todos los que estamos en tele nos va bien, de los jurados que estamos ahí, le fue bien a Antonio Gasalla y a mí, a nivel taquilla. No es soberbia, es la realidad.
– ¿Cómo es tu trato con Tinelli? ¿Qué pasó con la primera dama?
– (risas) Fue un personaje que armé cuando concursaba en el Bailando y lo acosaba; aunque soy muy vergonzoso, lo pude hacer porque me escudé en la peluca y el maquillaje, Otros gays que pasaron por el certamen no pegaron tanto. Hoy, como jurado soy más medido porque está la cara de Flavio.
– ¿Seguís en Showmatch el año que viene?
– No quiero quedar obsoleto. Si estoy, tiene que ser con otra propuesta. También está la posibilidad del Nadando por un sueño. No soy millonario ni nada por el estilo. Si Marcelo quiere que esté, estaré, porque es el hombre de mi vida, aunque me tiene que cerrar la idea.
– ¿Cómo se viene tu verano?
– El domingo termino en Stravaganza – water in the dark, que luego de triunfar en Carlos Paz se instaló en el Teatro Broadway de Buenos Aires donde sigue con Facundo Mazei; yo me preparo para Stravaganza – estados del tiempo, que se estrena en diciembre en el Luxor de Carlos Paz. ¡Estoy loco! porque, además, sigo en Showmatch hasta el 17 de ese mes, que termina.
– ¿Quién es Flavio Mendoza?
– Un tipo sencillo que parece soberbio porque dice las cosas que siente, no tiene una vida alocada, le gusta estar con los suyos y viajar, pero tiene los pies en la tierra.
