A 52 años de su primera película "El trueno entre las hojas’, repone pantalla con "Mis días con gloria’ (dirigida por Juan José Jusid). Pero, a diferencia de su revolucionaria antecesora -protagonizó el primer desnudo total del cine argentino- La Coca rompió el fetiche Bo, esa postal de erotismo, abusos a lo Carne (1968) y aroma kistch; y se animó al género policial junto a Isabelita -hija debutante y posible discípula-. Con cálida timidez, la reina del soft porno nacional dialogó con DIARIO DE CUYO.


– ¿Qué la convenció de Mis días con gloria para volver a filmar?

– La insistencia. Hacía rato que me venían ofreciendo esta película. Hace tres años fui a San Luis con Isabelita (su hija) y el gobernador Alberto Rodríguez Saá me invitó a filmar en su provincia. El quería que filme mi vida y que Isabelita encarne mi juventud, pero yo me negué rotundamente. Después se acercó su sobrina Laura Cuffini, que participa en los libros de la película y me dijo que tenía un género policial ideal para mí y diferente. Ahí comenzó todo…

– ¿Por qué pasaron casi 15 años de su último protagónico? (Ndr: La dama Regresa, 1995) ¿A qué se debe tanto ostrascismo entre una película y otra?

– A una vida pausada. Cuando muere Armando (Bo, 8 de Octubre de 1981) yo no quería saber más de nada. Sólo me quería morir. Después en el 92 me vino el tumor en la cabeza y por suerte salí adelante con ayuda de Dios y del Dr. Matera que me operó. Luego vino Tetanic con Nito y Cherutti (1998), algunas entrevistas para la TV, La dama regresa, de Polaco (1995) y bueno, el tiempo pasó m’hijo y apareció esto.

– En la peli explora el tinte policial. ¿Se siente una mujer de armas tomar?

– Para nada, soy una mujer tranquila y hogareña. Aunque fui muy rebelde de muchacha….

– Casi como el debut de Isabelita en la pantalla grande. Siguió los pasos de mamá y mostró su "carne’ (Ndr: realizó escenas jugadas).

– Sí, pero ella no sale en fotos de desnudos fuera del cine. No hace cosas procaces, por eso no me incomodaron. Diría Armando: "no muestres gratis lo que luego quieres vender’ (risas)

-¿Cómo resultó la experiencia de trabajar con ella?

– Yo con ella tengo apenas un plano total en la película. No la vi trabajar porque Isabelita no quería.

– ¿Por?

– No aclaraba los motivos. "Vos te quedas en el hotel’, me decía.

– ¿Le dio consejos para su carrera?

– Ninguno, m’hijo. Ella estuvo estudiando actuación con Jorge Polaco y no quería hacer nada. Como yo iba hacer esta película y estaba la posibilidad de hacer este papel, dijo que sí.

¿Isabelita es su sucesora?

– Dios dirá, qué se yo (risas). Nos parecemos pero no somos iguales. Pienso que las dos somos un poquito exuberantes, pero si lo analizas bien, si ves algunas películas mías de antes, no es tan tan tan igual. Ahora a todos se les da por decir que somos iguales (risas).

Usted representó a la mujer pulposa y natural ¿Qué piensa del nuevo molde híbrido y anoréxico?

– No, hay pulposas, sólo que las hace el cirujano plástico (risas). Se ponen lolas, colas y se hacen enteras. El otro día vi un desfile de modas europeo y algunas chicas parecían muertos que caminan. ¡Dios mío!. Pero hay chicas muy hermosas, como las que se ven en lo de Tinelli; aunque esas chicas quieren ser vedettes, no chicas de cine. Ellas aspiran al trono de Moria (risas).

– ¿Y usted por qué aspiró a retirarse del amor? Después de Bo nunca más se la vio en pareja…

– Porque no me interesó en absoluto. Con Armando había colmado mi vida completamente.

– ¿Qué tenía de insuperable para ungirlo como el único hombre de su vida?

– Él fue el padre que me abandonó y no tuve, el hermano que perdí, que falleció, el compañero, el director, todo. Un hombre bastante mayor que yo, pero era todo para mí.

– Usted también lo fue para las fantasías eróticas ¿Qué siente al ser un emblema que trasciende y ratonea generaciones?

– Es muy grato. Me siento muy querida por todos. El 2 de octubre se cumplieron 52 años desde que se estrenó mi primera película y los chicos de hoy día me conocen por sus padres o por las películas que pasan en la TV. Ellos son los que me dicen Coca, porque sólo mamá y Armando me llamaban así.

– ¿Es cierto que el apodo viene por su gusto a la famosísima gaseosa?

– ¡No!. Eso fue un invento de los periodistas de Nueva York cuando me homenajearon (Ndr: en agosto, proyectando sus películas en las salas del Lincoln Center y a la par de Clint Eastwood). Me gusta la gaseosa, pero no fue por eso. Ni se por qué mi mamá me puso así. Cuando lo descubra te aviso (risas).