– Miguel, ¿qué balance hace de la pelea?

-Entiendo que ganamos, a mí no me gusta reclamar los fallos de los jurados, pero ya está. Es cosa juzgada.

– ¿Dónde dieron ventajas?

– A mi boxeador le faltó decisión. Muñoz es un chico muy fuerte y duro que asimila bien el castigo arriba. Le pedí a Franco que le pegara abajo porque notaba que le dolía.

– ¿Considera que lo robaron?

– No me gusta hablar de robo. La gente, como cuarenta personas me lo expresaron. Yo creo que ganamos pero no por la diferencia que dio el jurado que le dio la pelea a mi pupilo.

– ¿Por televisión se vio cómo increpó a Franco?

– Claro, yo soy así. A veces un cachetazo cambia la historia de una pelea. Yo lo veía al mío que se conformaba con vistear y el “counting puching”, mientras Muñoz tiraba y tiraba. En varios momentos a Franco le faltó actitud y eso lo condenó.

– ¿Qué virtudes tiene Muñoz?

– Es un muchacho muy guapo que deberá mejorar la manera de caminar el ring porque Dib (Billi, el campeón mundial) es un rajador. Creo que Mauricio, al que felicité en su camarín con un buen sparring y un trabajo específico puede ganar el título. No quiero entrometerme en su preparación, pero si su gente quiere puedo viajar a San Juan y llevarle un par de buenos sparrings para que trabaje a fondo.

– A su criterio, ¿Muñoz puede ser campeón mundial?

– Por supuesto, tiene algo muy importante, su corazón de boxeador. Es un muchacho humilde que se ve que es aplicado al entrenamiento porque terminó los 12 rounds con aire. Mejorando su trabajo estratégico puede ganar el título.