Señor director: 
Agradezco de corazón los llamados telefónicos que he recibido de señoras que se han emocionado "hasta las lágrimas” al leer algunas de mis cartas y me hacían llegar su apoyo y su fuerza para que siga adelante y no baje nunca mis brazos en mi lucha diaria. 

¡La vida es bella! sí que lo es. Y, más, cuando uno sabe que ha llegado al corazón de la gente. Gracias por el abrazo y beso que me dieron a través del teléfono. Están en mis oraciones. 

Las quiero mucho a todas, y cuando quieran y tengan ganas de charlar comuníquense conmigo.