De un tiempo a esta parte se evidencia una especia de relajamiento en relación al control de gases de los escapes de los automotores. Se trata de una tarea a cargo del área de Medio Ambiente del gobierno provincial, que debe realizarse en forma periódica y en distintos puntos de la provincia.
La contaminación que producen los automotores con sistemas de escapes que no funcionan correctamente no es exclusiva de la ciudad Capital o de los departamentos aledaños. También hay contaminación en los departamentos alejados, especialmente en los barrios o villas densamente pobladas, por donde transitan todo tipo de vehículo muchos de ellos en malas condiciones mecánicas.
A la contaminación ambiental por la presencia de gases hay que sumar la contaminación auditiva que producen algunos vehículos.
Es necesario ejercer un efectivo control para determinar si autos y motos circulan con los escapes provistos por las fábricas, o con adaptaciones que se colocan indebidamente para lograr un efecto sonoro mayor.
Más allá de lo que muestran las apariencias, uno de los vehículos más molestos en horas de la siesta o de la noche son las motos de baja cilindrada (50 ó 110 cc) a las que se les deja el escape libre. Es considerable la cantidad de decibeles que producen estos rodados y los efectos perniciosos que pueden llegar a ocasionar en la salud de la población, especialmente en los menores.
Exigir que los sistemas de escape sean los originales de fábrica o estén debidamente autorizados, además de que estén en buenas condiciones de uso, debe ser un requisito indispensable en los controles de tránsito, lo mismo que en la medición de gases que suele hacerse en una forma muy efectiva, utilizando modernos aparatos.
