¿Secretos? No. ¿Casualidad? Tampoco. ¿Entonces qué? Trabajo y más trabajo. Dedicación, esfuerzo, equilibrio y buena administración durante años. Muchos años. Tantos que ya pasaron casi dos décadas de aquel momento de inflexión que marcó a fuego al deporte de España. Fue después de los Juegos Olímpicos Barcelona 1992. El país se preparó y preparó a sus deportistas para no decepcionar como anfitriones. Y eso resultó un impulso tan grande que desde ese entonces empezaron a cosechar los frutos. En esos Juegos, España logró su primer título olímpico de fútbol. Pero además, reforzó su política administrativa y organizativa de la Federación Española de Fútbol.
Años después, cuando en Italia, por ejemplo, achicaron el camino de futuro exitoso y de progreso a muchos jugadores sudamericanos, en España abrieron aún más las puertas a los grandes genios de este deporte. Entonces, a nivel de clubes todo se hizo más competitivo. Más marketinero. Más espectacular. Y los ojos del mundo comenzaron a mirar con mucha atención lo que pasaba en la Liga de España. Barcelona y Real Madrid siempre fueron grandes en el espectro mundial del fútbol. Pero en los últimos años, muchos otros equipos españoles empezaron a ganar espacio.
Entonces se dio la primera gran alegría. Fue hace dos años, cuando la selección española logró su segundo título en la Eurocopa. Le ganó la final a Alemania y ahí mismo se fortaleció para luchar, por primera vez, de cara a la corona en un Mundial. Y ayer, en Sudáfrica, lo concretó.
Por eso es que no hay secretos en esta consagración. España es campeón mundial de fútbol porque se mostró fiel a sus convicciones. Porque defendió su estilo de juego y porque supo mantener un ideal, sea dominador o no en cada uno de los partidos. "Lo mejor que hicimos después de perder con Suiza fue mantener una línea de juego, que la fortalecimos con convicción…", explicó el técnico Vicente del Bosque luego de levantar la corona. Es que a éste título España no sólo lo ganó con su gran partido ante Alemania o el de ayer frente a Holanda, mucho más estratégico. Lo hizo desde el mismo momento que supo asimilar la derrota inicial y pensar en el futuro.
Del Bosque mezcló juventud con experiencia. Y lo hizo para buscar equilibrio dentro de un estilo definido. Ese que lo destaca por ganar la posesión de la pelota y atacar. Lejos de la historia. De esa que lo llamaba "La Furia". De esa que era más metedora que constructora. Pero, como nunca se debe renegar de las raíces, España se dejó parte de ambas personalidades. ¿El resultado? Para qué más. Si ahora en España gozarán del título del mundo en los próximos cuatro años…
