Siempre de pie y pegado a la línea de cal, el técnico de San Martín, Gerardo Avila, vivió el clásico a mil. Pidiéndole siempre a sus dirigidos un esfuerzo más y aplaudiendo las buenas intenciones de ellos, más allá de no llegar a concretarlas. Y por supuesto se lamentó como todos en la jugada donde Lucas Cortez, cerca del final, casi le da la victoria al verdinegro. En su balance, el ex volante central comentó que “fue un partido donde hubo mucha fricción y roce. Es lógico en un partido de esta clase y por eso hay que estar tranquilos con que se dejó todo. Lo que sí me queda un sabor a poco con el empate. En el primer tiempo jugamos bastante bien y pudimos habernos ido arriba en el marcador, pero nos faltó la última puntada. Por ahí en el complemento, Sportivo se replegó bastante y nos costó. Pese a ello casi lo ganamos con el remate de Luquitas, pero los nervios creo que le jugaron una mala pasada´´.