“Es una lesión que se da en nuestra provincia por el tema de los pisos duros y porque los músculos que rodean al tendón de Aquiles se fatigan mucho más que lo habitual. Lo más complicado que tiene esta clase de lesión es la duración de la rehabilitación que es entre seis y ocho meses, por eso es que Damián no podrá jugar hasta el próximo año e incluso hay que ver si podrá comenzar con la pretemporada junto a sus compañeros.

En la operación lo que se hace es una suturación del tendón, pero sin colocar clavos ni nada por el estilo. Estará los primeros dos meses con yeso y luego comienza otra etapa de la rehabilitación.

Son lesiones frecuentes dentro del fútbol, pero que no acarrean a futuro un problema grave en la carrera del jugador. Si se cumplen con los pasos previstos y la operación sale bien, no va a tener ninguna secuela en su futuro. Sin dudas, que es mucho más complicada una lesión en los ligamentos cruzados de la rodilla, donde se comprometen más cosas. La similitud es la duración de la recuperación”.