Ya lo decían los informes psicológicos: es un hombre ‘con el síndrome del narcisismo maligno, agresivo, con odio, con tendencia al sadomasoquismo, de una orientación sexual confusa y ambivalente entre lo masculino y femenino, con un trastorno psicopático y antisocial, alguien sin control y que siempre tiende a mostrarse todopoderoso y omnipotente…’.

Ese es Claudio Javier Gil (43), el tres veces condenado por asesinar a homosexuales (ver recuadro), que sigue exhibiendo su lado más perverso e incorregible aun estando dentro de la cárcel. Ahora su víctima fue su propio compañero de celda, un joven de 25 años detenido por robo, que lo acusó de ponerle una ‘punta’ en el cuello, obligarlo a prácticarle sexo oral y encima quemarle la espalda con agua caliente, revelaron fuentes policiales y penitenciarias. Como no todo es gratis dentro del penal de Chimbas, Gil también tuvo lo suyo.

Los mismos internos del pabellón 3 del Sector IV vengaron la afrenta y le dieron una verdadera paliza: tuvieron que llevarlo al Hospital Marcial Quiroga porque le partieron la cabeza y le dejaron la espalda marcada por los golpes que recibió con un hierro caliente.

Su víctima, ese reo de 25 años que compartía la celda con Gil, no dijo nada sobre si esto venía ocurriendo de antes. Lo que sí denunció es que éste lo tenía amenazado de muerte y constantemente exigía que le diera los cigarrillos o mercadería que le traía su familia. Esos aprietes llegaron al extremo el viernes pasado, cuando Gil le puso una ‘punta’ en el cuello y lo forzó a que le hiciera una fellatio, revelaron fuentes policiales y penitenciarias. No fue todo. Haciendo muestra de su sadismo, además le roció agua caliente que tenía en una taza sobre la espalda mientras le practicaba sexo oral, revelaron. 

Eso le provocó serias quemaduras al joven reo, que en ese momento prefirió callarse por el miedo que le tenía a Gil. Sin embargo, los otros presos se enteraron de lo sucedido, y cansados de sus actitudes, el domingo último ajusticiaron a Gil con una brutal golpiza dentro del pabellón. Los penitenciarios tuvieron que sacarlo para que no lo mataran. Eso descomprimió la situación, a tal punto que el preso abusado se decidió a hablar, pidió asistencia médica y denunció a Gil en la Seccional 30ma. Por el momento el acusado está aislado en el pabellón de máxima seguridad, por su propia seguridad. 

Un criminal con 5 condenas

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Claudio Gil recibió su primera condena de 9 años de cárcel allá por 1992, por el delito de robo de automotor y privación ilegítima de la libertad. El 19 de mayo de 1999, un tribunal riojano lo condenó a 12 años de cárcel por matar a cuchillazos al homosexual Alberto Herrera, cuyo cuerpo quemó dentro de un auto. Ese crimen ocurrió el 27 de agosto de 1997 en La Rioja.

Tras esa condena volvió a San Juan, pero cayó preso en 2012 por golpear y quemar a su madre. Por ese hecho fue castigado a 9 meses de cárcel. El 1 de abril de este año, recibió su cuarta condena. Un tribunal lo castigó a prisión perpetua por asesinar a cuchillazos y robar al chef Carlos Echegaray, en enero de 2014 en Capital. Su última condena la recibió el 13 de mayo pasado, por el homicidio (también a cuchillazos) del anciano Luis Espínola en marzo del 2014, en Rivadavia. Consideraron el crimen agravado por homofobia y le dieron perpetua.