El gobernador José Luis Gioja se emocionó luego de recorrer los últimos kilómetros de la XXVI Cabalgata de la Fe, ayer pasado el mediodía. "No me quiero poner melancólico, pero en algún momento pensé que nunca más me iba a subir de nuevo a un caballo. Por eso me dio mucha felicidad poder entrar a la Difunta Correa cabalgando’, dijo al llegar.
Es que Gioja no pudo estar en 2014 pues se recuperaba del accidente que sufrió en helicóptero y ayer, pese a los miedos e incertidumbres, montó al zaino Peregrino desde Caputo al oratorio de Vallecito e ingresó aplaudido al lugar, junto a los otros jinetes.
Gioja este año acortó la distancia que solía recorrer habitualmente y por eso esperó al gauchaje en el paraje Caputo, a unos 4 kilómetros de la Difunta Correa. Llegó exultante y de buen humor. Allí lo esperaba Walter Lima, secretario General de la Gobernación, quien tenía a Peregrino ensillado y listo para ser montado.
Peregrino es un zaino castaño, de 15 años, propiedad de Walter Lima y con el que se lleva muy bien. "Es muy mansito y el Gobernador Gioja lo está usando después que falleció el otro caballo que lo acompañaba siempre, que se llamaba Senador’, contó Lima.
"Es una fiesta de la tradición. Pero yo creo que va un poquito más allá porque se trata de una fantástica demostración de fe, que mezcla la devoción por la Difunta Correa, la creencia en Dios y el amor a la Patria’, apuntó a su vez Gioja.
