Soberbia y descomunal fue la actuación de Divididos -el sábado por la noche en el estadio Aldo Cantoni- en su regreso a tierras sanjuaninas, luego de 8 años de ausencia, desatando la alegría de unos 6 mil fans. El legendario trío con Ricardo Mollo a la guitarra, Diego Arnedo en el bajo y el explosivo baterista Catriel Ciavarella, repasó por más de tres horas sus 25 años de trayectoria con lo mejor de su repertorio, desde los más clásicos hasta las renovadas obras de Amapola del 66. Canciones como "Senderos", "Tomando mate en la paz", "Azulejo", "¿Qué tal?" "Salgan al sol" y "El 38", fueron parte de la primer descarga de artillería al comienzo del show. Luego fue el turno de "Jujuy" con la introducción del fragmento del clásico "Tilcara" del poeta Germán Walter "Churqui" Choquevilca. En un momento de relax Ricardo buscó un banco para sentarse: "Los 25 años pesan", bromeaba y de inmediato se lució con "Spaghetti rock", "Par mil" (luz del alma) y un clásico de Sumo: "Sisters" en compañía del guitarrista Diego Florentín. Y vino la hora emotiva cuando Mollo recordó a Luca Prodan con "Mula plateada" y después a Pappo y Spinetta: "Ellos se fueron, pero lo dejaron todo". El punto máximo vino con "Sucio y desprolijo", "Rock Rasputín" y "Mejor no hablar de ciertas cosas". Para un cierre monumental, el cantante se despidió de San Juan: "Gracias por recibirnos y les pido disculpas, espero que no pasen otros 10 años para volver a verlos" y con toda la gloria y ovación ganada, Mollo bajó del escenario para decir el adiós estrechando la mano uno por uno a sus seguidores.