El último miércoles y jueves la provisión de GNC estuvo limitada por la mínima capacidad que tenían las estaciones de servicio para despachar gas. Largas colas, enojo de clientes y baja presión en las cañerías hicieron prácticamente imposible prestar un servicio cercano a lo normal aseguran los estacioneros, que se vieron obligados a acatar medidas. En un principio -se decidió el martes por parte de la distribuidora- debían disponer sólo de un pico para expender gas en los horarios comprendidos entre las 18 y 24 horas, sin embargo no fue suficiente y el jueves y parte del viernes, hubo lugares donde directamente cerraron porque no tenían gas y muchos automovilístas que tenían tanques vacíos -remiseros y taxistas fundamentalmente-, debieron esperar resignados en la cola hasta que volvieran a prestar servicio.
