No fue la lluvia, ni tampoco el viento los que trajeron el alivio en la noche de ayer. En realidad fue la música, la que puso un toque fresco a la agobiante jornada. Pasadas las 21.30, a los pies de la Legislatura Provincial -organizadora del evento- tuvo lugar el esperado Concierto Navideño al aire libre, que convocó a una multitud que disfrutó y ovacionó la feliz iniciativa y el desempeño de la Sinfónica provincial -distinguida por sus 40 años de trayectoria- bajo la batuta del Maestro José Antonio Cerón Ortega. En materia de concierto, quien se llevó todos los suspiros fue el fragmento de la suite de Cascanueces, que subió a escena a modo de cuento musical; y que deleitó a chicos y grandes con sus melodías y con las "actuaciones’ de las marionetas gigantes de David Gardiol. Desde la gran platea a cielo abierto -el clima y el parque colmado de familias fueron aliados indiscutidos, tal como se suponía- los pequeños disfrutaron la propuesta de este clásico navideño compuesto por Tchaikovsky, que arrancó emociones, sonrisas y varios "¡bravo!’ .

El concierto comenzó con el drama lírico Huemac, de Pascual De Rogatis y culminó con la rítmica Marcha Radetzky, famosa creación de Johann Strauss padre, donde el director -como se estila- giró para dirigir también las palmas del público; y en la que hubo un anticipo de fuegos artificiales, además de cañones que lanzaron banderitas patrias y cintas. Luego de una pausa para desalojar el escenario, desde el techo del Parlamento, comenzó el show de pirotecnia al son de música clásica, poniendo el broche de oro a un festejo impecable.