Cuando la provincia empezó a mover los primeros trámites para crear el Teatro del Bicentenario, hace poco más de 9 años, en ese terreno lindero a la ex estación San Martín sólo había tierra, pasto seco y un alambrado que no lograba frenar a quienes tiraban basura a su interior. Ya en esa época se hablaba de un ‘eje cultural’ que articulara desde el Auditorio Juan Victoria, pasando por los centros Conte Grand y Barrena Guzmán, hasta el Centro Cívico y un por entonces apenas soñado nuevo Museo de Bellas Artes Franklin Rawson. Se avanzó durante casi una década y el resultado hoy está a la vista. El teatro es uno de los más importantes de Sudamérica, sus 18.200 m2 de construcción equivalen a las casas de dos barrios enteros del IPV, replica el modelo acústico de la sala lírica del Teatro Colón de Buenos Aires, apunta a ser el nuevo ícono de la cultura de San Juan y resuelve de modo impecable aquella idea inicial del eje cultural: la gigantesca fuente en su exterior (Plaza del Bicentenario) refleja en sus aguas, al mismo tiempo, las siluetas del Centro Cívico, la ex estación San Martín y el propio teatro.
El Bicentenario, cuya inversión final supera los 300 millones de pesos entre fondos nacionales y provinciales, no tiene nada que envidiarle a ningún teatro de primer nivel del mundo. Su caja de resonancia, su maquinaria escénica, la forma en que está dispuesto el foso para la orquesta, sus telones italianos, su sector de apoyatura y su diseño general son sólo algunos elementos que le dan las condiciones ideales para cualquier espectáculo de prestigio que quiera exhibirse ante 1.138 espectadores.
De hecho, el Teatro di San Carlo, de Nápoles, Italia, firmó un convenio el año pasado para convertirse en una suerte de padrino del Bicentenario para orientarlo y asesorarlo en sus primeros pasos. El San Carlo es el coliseo de ópera más antiguo de Europa y por su calidad, dimensiones y estructura, fue el modelo que tomaron para construir los siguientes teatros en el Viejo Continente.
Las salas del gigante que se inaugura hoy están preparadas para espectáculos de cualquier género, todo su espacio tiene detalles de lujo y confort y está adaptado para personas discapacitadas, el sistema de audio e iluminación es el que exigen los artistas más caros del mundo para dar sus shows y todas, absolutamente todas esas ventajas, están puestas al servicio también de los productores y artistas sanjuaninos. Es la manera de que la inversión pública en la cultura no sea un derroche, sino una forma de construir una provincia mejor.
