Buenos Aires, 25 de septiembre.- Su caso se entronca con el escándalo mundial que vive la Iglesia respecto a curas pedófilos. "En los casos verdaderos, está bien que el Papara condene a los curas pedófilos. Al Papa lo apoyo plenamente. La pedofilia es un delito aberrante que no se le puede permitir a ningún sacerdote. Ahora, de ahí a que todos los casos que se denuncian sean verdad, eso me parece osado. El Papa está pidiendo perdón por los casos comprobados, no por los denunciados", afirmó Grassi en tal sentido.
También estimó que "soy consciente de que fui condenado pero, también, soy consciente que no debo estar preso. Primero porque las cárceles no son la solución para nadie. En ellas hay venganza, violencia y hacinamiento. La gente que entra, sale peor. Segundo, yo no soy para una cárcel, porque soy inocente. Además, la cárcel no es para mí, porque yo estoy siendo útil a la sociedad desde aquí, trabajando por los chicos, no represento ningún peligro para nadie, al contrario, durante estos ocho años he demostrado una conducta normal y, una persona que tiene este tipo de problemas, en todo caso, es compulsiva con este comportamiento".
Respecto de la posibilidad de ir preso, arguyó que "¿Quién no puede llegar a tener temor a la total injusticia? Y, puede ser. Pero yo te puedo decir que habría tenido temor si alguien me hubiera contado que iba a vivir lo que estoy viviendo. Soy una persona que está siendo ensuciada, culpada por un hecho que no cometió, durante tanto tiempo y con campañas públicas".
