La travesía en la que se embarca Perseo empuñando su espada divina para salvar a la tierra de caer en el infierno de Hades, el vengativo dios del inframundo; recala bajo el título Furia de Titanes, mañana en la pantalla local del Holiday Cinemas (a las 16.30, 18.45, 20.45 y 22.45) en estreno nacional.

Para sacar del arcón de los recuerdos esta remake mitológica filmada en 1981 por Desmond Davis -con Harry Hamlin, Laurence Olivier y Ursula Andress como protagonistas-; el realizador Louis Leterrier (de El Increíble Hulk y El Transportador 2) se apoyó en un reparto de figuras estelares como Ralph Fiennes (que encarna al diabólico Hades) y Liam Neeson (que recrea al gran Zeus). También convocó al Avatar Sam Worthington, quien abandonó el planeta de los Navi de James Cameron para ponerse en la piel del valiente Perseo.

En la antigua Argos, los habitantes han desafiado la ira de los dioses dando comienzo a una violenta guerra. Desde el Olimpo, Zeus quiere castigar a los insurrectos y se vale de la ayuda de su oscuro hermano Hades.

Perseo, hijo de un ser divino pero criado como humano (o sea es un semidios), quiere salvar a a su pueblo y evitar el sacrificio voluntario de la princesa Andrómeda (papel a cargo de Alexa Davalos de Las Crónicas de Riddick).

Acompañado de valientes guerreros y la enigmática Io, luchará contra demonios y bestias salvajes. Y deberá enfrentarse a un ser más terrible aún: la Medusa, que transforma en piedra a cualquiera que se atreva a mirarla.

A diferencia de la animación stop-motion de la versión original, esta adaptación hace uso de la última tecnología de Hollywood para construir sus gigantescos escorpiones y monstruos, la temible Medusa y una monstruosa mezcla de molusco y tiburón llamado Kraken. Es más, aunque estaba pensada en 2D, terminó convertida además en formato de tridimensión -sólo para las salas 3D que todavía no existen en San Juan- para darle mayor de realismo a la eterna lucha entre el bien y el mal de la que no se salvan ni los dioses en sandalias.