Hace más de veinte años que estoy en el tema turístico y son pocos los cambios que he presenciado en nuestra provincia. Hay más cierres que apertura de nuevos atractivos, más allá de las propuestas turísticas que suelen estar a cargo de particulares o agencias de viaje. Dentro de este panorama hay atractivos que se dejan de lado, como las aguas termales.
Comenzaré por los Baños de La Laja, en Albardón. Poseo la historia de este sitio proporcionada por su último propietario, además de las leyes de expropiación que datan de largo tiempo. La autora del actual proyecto de ley, la diputada por Albardón, Cristina López, expresó en su momento que era "una deuda pendiente con los albardoneros”. Por su gestión también fue sancionada la Ley Nro. 8467, que establece la creación del Sistema Provincial de Apoyo al Termalismo, norma que propone hacer un relevamiento de las fuentes termales en la provincia, apuntando a su explotación turística.
Apoyo y aplaudo esa idea, ya que los Baños de La Laja están desaprovechados tal como se explotan hoy en el mundo las termas. Han pensado en este sitio emblemático de San Juan, que tiene una gran historia, que hace a la historia de San Juan, además de un gran valor para la salud y turístico cultural para la provincia. Espero que luego de la expropiación se licite rápidamente, para su puesta en valor como centro termal.
Respecto a la ley N¦ 8467, cabe recordar que ya teníamos otra la N¦1239 de apoyo del termalismo. También que hay estudios realizados desde el Segemar que ubica 39 fuentes termales en San Juan, algunas reconocidas por su calidad para la salud.
Sobre las del Salado, que están incluida en la Ley, recuerden que era un lugar donde se embotellaba su agua, lo que se dejó de hacer por un problema de contaminación. Desconozco si se le dio una solución, pero lo que se es que están totalmente abandonadas.
Tras concurrir a numerosos congresos sobre termalismo, tanto en el país como en el extranjero, he visto la necesidad de la puesta en valor de todas las fuentes termales que disponemos, ya que las nuestras poseen reales virtudes curativas lo que haría posible que nuestra provincia fuera un auténtico destino termal, como ocurre en otras partes del mundo.
Se de épocas en que médicos especialistas e inversionistas intentaron reflotar las Termas de Talacasto o las de Agua Hedionda, cuyas aguas y barros son de una calidad incomparable. Algunos entendidos en el tema las compararon con las de Monte Catini en Italia.
He trabajado en dicha propuesta y también he participado en proyectos de ley de explotación de aguas termales, pero lamentablemente todo quedó en ideas y papeles.
En muchos años, desde el gobierno nunca se demostró interés real. Junto a los "dinosaurios”, las aguas termales podrían haber hecho que la provincia se convirtiera en un destino turístico por excelencia e importante.
Hemos conseguido que el turista que visita la provincia diga: "Cuando fui a San Juan visitamos Ischigualasto Patrimonio de la Humanidad, Casa Natal, City tour, alguna bodega y seguimos para…” o sea que vienen de "paso”, máximo una noche. Sin embargo, de llegar a los sitios de aguas termales se necesitaría más tiempo y más noches de alojamiento.
He escuchado al Ministro de Turismo y Cultura comentar cómo los sanjuaninos han comenzado a recorrer la nueva Ruta 150, por lo que he pensado que Turismo debería realizar un folleto donde se proponga su recorrido, con los atractivos a los que se puede llegar desde ella. Recuerdo la presentación de un proyecto de parador turístico en dicha ruta, cuando la misma estaba en construcción. El objetivo de ese parador, similar al que existe en otras importantes rutas del mundo, es contribuir a otorgar información actualizada y oportuna a los visitantes con el fin de lograr una mayor permanencia de éstos en el lugar.
San Juan puede llegar a ser un destino turístico importante. Es cuestión de abrir el abanico, con atractivos tanto culturales, naturales y científicos. Es cuestión de promocionarlo por todos los medios de comunicación nacionales como hacen Salta, Córdoba, Mendoza, etc. y que las agencias nacionales vendan un paquete denominado San Juan y no que solo figure como un sitio de paso para otro destino. No alcanza con un circo en la Peatonal Maestro de América o en cualquier otra ubicación.
Un ejemplo, sería interesante reeditar una antigua guía (1993) DIARIO DE CUYO, actualizándola en algunos aspectos lógicamente, y en la que en su tapa decía: "En la Argentina, San Juan lo tiene todo”.
