Llega la Navidad y en estos días todos nos volvemos un poco más comprensivos, piadosos y solidarios. Comprendemos que la vida no puede estar circunscripta a intereses materiales y que siempre es positivo reencontrarnos con nosotros mismos para descubrir nuestra esencia humana y aprender a ser mejores personas en cualquiera de los ámbitos en el que nos toque desempeñarnos.
Esta celebración del nacimiento de Jesucristo nos encuentra en la Argentina en un momento delicado respecto del clima social y de las expectativas de la comunidad que afronta una serie de desafíos sin conocer a ciencia cierta el destino que tendrá el país. Es por esto que en esta Navidad será necesario que prevalezca la fe y la esperanza de que todos los problemas se van a ir solucionando con esfuerzo y valentía de la mano de Cristo.
La Navidad es el momento indicado del año para que todo renazca a la vida. Así como el niño Jesús nació a los ojos de la humanidad en un humilde pesebre, para convertirse en el rey de reyes, los hombres de buena voluntad tienen la posibilidad de renacer a la vida para hacer de esta sociedad un ámbito adecuado para vivir mejor. La clave está en alcanzar patrones de comportamiento que no sólo estén vigentes en la época de las fiestas de fin de año, sino que prevalezcan durante el resto del año para garantizar la buena convivencia, el buen trato, los buenos modales, el apoyo moral y la comprensión que entre todos debe existir cuando se tratan temas de interés común que deben ser resueltos dejando conforme a todas las partes.
El hombre necesita paz en todos los rincones de la Tierra y es por ello que esta Navidad lo enfrenta a una caótica situación que se está viviendo en determinados puntos del planeta. Las guerras de Rusia con Ucrania y de Israel con Palestina son dos de los últimos conflictos armados que a diario ocasionan miles de muertos y heridos y que amenazan con intensificarse si los países que integran la comunidad internacional no se oponen a esta barbarie. La recordación del nacimiento de Cristo es el momento ideal para tomar conciencia del mal que se ocasiona con las guerras y tratar de instrumentar medidas conducentes a restablecer la paz.
Otro factor que está incidiendo para que los humanos no puedan estar en paz, es el de las condiciones climáticas que se han desencadenados a partir del agravamiento del calentamiento global. En algunos puntos del mundo la situación es caótica y, una vez más, el atenuante a estos efectos es que todos tomemos conciencia de la necesidad que existe de mejorar las condiciones climáticas a partir de una serie de acciones concretas en favor del ambiente. En esto también la Navidad tiene su incidencia ya que debe ser el punto de partida para que todos los hombres recapaciten sobre el papel que les corresponde de salvaguardar la paz mundial y el clima del planeta. Que la luz de Belén ilumine sus mentes para encontrar el mejor camino hacia un mundo en el que reinen mejores condiciones de vida, objetivo que la humanidad debe seguir buscando a pesar de las adversidades que toca enfrentar.
